Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Producción de metanfetamina, un cóctel tóxico para el medio ambiente

Una vaca murió tras beber agua contaminada de sustancias químicas. Sinaloa, México. Crédito: Marcos Vizcarra

Delitos Ambientales | Por Victoria Dittmar*Es

Son más de 33 grados centígrados y un fuerte olor a animal muerto contamina el aire fresco de las montañas de la Sierra Madre Occidental. Dos vacas tiradas al lado de un río llevan algunos días en estado de descomposición y poco a poco se llenan de moscas.

El predio ganadero de dónde vienen está a solo un par de kilómetros, en una pequeña y remota ranchería entre los estados de Sinaloa y Durango. Esta región, conocida también como el Triángulo Dorado, por años albergó gran parte de los cultivos ilícitos de cannabis y amapola, utilizados para elaborar marihuana y heroína. Hoy en día, es el epicentro de la producción de drogas sintéticas en México y de los daños ambientales que produce esta actividad ilegal.

Hornos artesanales en laboratorio clandestino de metanfetamina. Sinaloa, México. Crédito: Victoria Dittmar/InSight Crime

Las vacas habían deambulado por el monte, hacia el río, en busca de agua, pero fueron envenenadas con sustancias químicas que se encontraron en el camino. Y es que, hasta hace unos días, un grupo de aproximadamente nueve personas manejaba aquí un laboratorio clandestino con capacidad para producir hasta 5 mil litros de metanfetamina líquida, con los químicos y la infraestructura que había en el lugar.

Aunque la maquinaria era rústica y, en ocasiones, improvisada, el grupo había logrado establecer una infraestructura funcional en medio del bosque. Con electricidad y mangueras extendidas por toda la zona, operaban dos reactores químicos, tres hornos y dos filtros químicos industriales.

A mediados de octubre de 2022, y tras una denuncia anónima, las autoridades locales y federales lanzaron un operativo para asegurar el laboratorio. La llegada no fue fácil. Había que adentrarse en los ejidos, cruzar un río y caminar una hora cuesta arriba por la montaña.

Cuando llegaron ya no había nadie. Los “cocineros” posiblemente fueron alertados por vigías, también llamados “punteros” o “halcones”, y lograron huir a tiempo, dejando detrás toda la infraestructura, su ropa, cobijas, hamacas, utensilios de cocina, comida descompuesta, basura, palas y envases de plástico y aluminio. Antes de irse, también abrieron decenas de contenedores con sustancias químicas para que, al evaporarse, produjeran un olor intenso que causa mareos, dolor de cabeza y ardor en los ojos.

“Es un olor tan fuerte que es imposible olvidarlo”, dijo a InSight Crime un funcionario de seguridad local que participó en el operativo, agregando que este olor es un indicador inequívoco para detectar la producción de metanfetamina.

Pozo con desechos químicos de laboratorio clandestino de metanfetamina. Sinaloa, México. Crédito: Victoria Dittmar/InSight Crime

Conforme se adentraron en el laboratorio fue desapareciendo el olor a vacas muertas y en su lugar predominó el de acetona, amoniaco y éter. Fue necesario colocarse máscaras de gas para poder seguir.

Sinaloa, el epicentro de la producción de metanfetamina

De 2010 a junio de 2022, las autoridades mexicanas aseguraron casi 700 laboratorios clandestinos en el estado de Sinaloa y en municipios colindantes como Tamazula, Durango, según datos de la Secretaría Nacional de Defensa (SEDENA) compartidos con InSight Crime. Esto equivale al 46 por ciento de todos los laboratorios clandestinos que se han asegurado en el país. 

Debido a la intensidad del olor que desprenden, los establecimientos para la producción de metanfetamina normalmente se ubican en zonas rurales y alejados de grandes poblados. No obstante, suelen estar lo suficientemente cerca de algún centro urbano, como la ciudad de Culiacán, donde se acopia la droga y se transforma a “cristal”, para ser después distribuida en el mercado nacional o traficada a la frontera con Estados Unidos.

Aunque el mercado de metanfetamina en este estado es controlado por el Cartel de Sinaloa –mayoritariamente por Los Chapitos–, la elaboración es llevada a cabo por varias redes delictivas que tienen cierta autonomía, pero que deben de cumplir con las cuotas de producción.

Pozo con desechos químicos de laboratorio clandestino de metanfetamina. Sinaloa, México. Crédito: Victoria Dittmar/InSight Crime

Daño ambiental

Los productores del laboratorio que visitó InSight Crime habían dividido el espacio en varias secciones: campamentos para pernoctar, un área para “cocinar” la metanfetamina y otra para cocinar alimentos, un espacio para filtrar la droga, otro para almacenarla y finalmente dos pozos para tirar los deshechos químicos. 

Estos procesos son un riesgo para el medio ambiente, especialmente el último. Según el más reciente Informe Mundial de Drogas de las Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD), por cada kilogramo de metanfetamina producido se desechan hasta 10 kilogramos de sustancias químicas. La mayoría de estas son ácidos, solventes y aglutinantes, pero también se termina desechando una proporción considerable de precursores y pre-precursores químicos como metilamina, cianuro de sodio y ácido fenilacético, también se descartan.

Estas sustancias pueden tener un impacto nocivo en la calidad de los suelos y el agua, según comentó a InSight Crime un docente de química en una universidad del noroeste del país, que prefirió no ser nombrado por razones de seguridad. 

“Muchas de las sustancias químicas utilizadas en los laboratorios clandestinos acidifican el suelo, acelerando su erosión”, comentó en una entrevista en su oficina. 

El docente agregó que el desecho de sustancias químicas a cuerpos de agua puede ocasionar que estas sean absorbidas en cultivos agrícolas y que contaminen las fuentes de agua potable en comunidades cercanas a los laboratorios. 

La ONUDD aclara que la cantidad real de los desechos que produce cada laboratorio –y por ende la magnitud del impacto ambiental– depende del método que se utilizó para sintetizar la droga, el número de personas trabajando y la experiencia de estas. En el caso de México, quienes trabajan en los laboratorios clandestinos usualmente no son químicos especializados, por lo que los procesos de limpieza, manejo y desecho de sustancias no suelen ser adecuados, según varias entrevistas de InSight Crime con autoridades y expertos en química en el país.

Hasta ahora no existe un estudio que haya medido de manera sistemática los impactos ambientales de la producción ilícita de drogas sintéticas en México. Sin embargo, activistas en Sinaloa dedicados a la conservación ambiental sugirieron a InSight Crime que estos daños ya son observables. 

En la zona de serranía en Sinaloa, por ejemplo, una activista ambiental que trabaja en la conservación de vida silvestre comentó que la presencia de personas en laboratorios clandestinos ha afectado la movilidad de animales nativos, como los jaguares. Esto a largo plazo podría afectar sus patrones de reproducción, alimentación y otros procesos ecológicos, reduciendo las poblaciones. 

“Todo lo que se desecha [de los laboratorios clandestinos] afecta a los animales. Pero no sabemos la magnitud del problema, estamos en completa ignorancia”, agregó.

A las faldas de la sierra, en el valle de San Lorenzo, se han encontrado varios laboratorios clandestinos cercanos a terrenos agrícolas, donde también se utilizan una serie de agroquímicos y pesticidas. El daño es evidente: se han secado lagunas y ríos y los animales nativos de la zona, como los cocodrilos acutus, se han visto afectados.

“Las sustancias químicas provenientes de los laboratorios clandestinos y las utilizadas en la agricultura terminan en los ríos. Los animales se están muriendo” dijo un activista ambiental que trabaja en la conservación de cocodrilos.

El activista mencionó que en los últimos siete años han bajado los niveles de fertilidad entre esa población y que han nacido cocodrilos con malformaciones.

Otra activista en Sinaloa, quien trabaja en proyectos de educación ambiental, mencionó a InSight Crime que en las zonas cercanas a donde se produce metanfetamina se han identificado cambios en el color del agua de los ríos y un incremento de peces muertos. 

Asimismo, las comunidades cercanas han comenzado a experimentar efectos nocivos en su salud, lo cual también fue mencionado por un funcionario de la policía estatal de Sinaloa.

“En varias comunidades cercanas a laboratorios clandestinos nos han reportado que los niños que están en contacto constante con el río han tenido dolores de cabeza intensos. Pensamos que puede estar relacionado [con los desechos químicos]”, dijo a InSight Crime.

*Marcos Vizcarra, Sara García y Parker Asmann contribuyeron al reportaje

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