La necesidad de aumentar la producción de alimentos, forzosamente deberían hacer voltear a los que elaboran los presupuestos hacia las actividades económicas que impactan con sus resultados la posibilidad real de crecer en la oferta de productos alimentarios.
Hasta hoy, el sector agrícola comercial ha sido satanizado por la clase política, por ello las estrategias se han enfocado más bien a restringir los recursos que se “destinaban” para tal segmento, con el argumento que eran en su mayoría recursos que iban a parar en manos de unos cuantos que se enriquecían más y más, por lo que la determinación fue modificar la estrategia y dar un giro de 180° para apoyar la agricultura de subsistencia.
Sin embargo, lo que hoy demanda la situación es aumentar si o si la producción agroalimentaria, solo así habiendo disponibilidad (oferta) y suficiencia en productos del campo se podrán disminuir “los precios que hoy están por los cielos”, que atraviesan un proceso inflacionario que supera ya el 8%, sin ser un genio es fácil acertar que solo fortaleciendo a las entidades donde se desarrolla agricultura con producción excedentaria que será posible hacer frente a la carestía.
EL Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC) que ha implementado el gobierno federal prevé el aumento de la producción en el sector agroalimentario. En un anuncio hecho por el presidente de la republica aseguro que el PACIC regulará los precios de los alimentos en beneficio de la población, además de presentar avances de esa estrategia que ejecuta el Gobierno de México en colaboración con productores, distribuidores y empresas del sector agroindustrial y de autoservicio.
No obstante si en el campo de los hechos, el gobierno federal únicamente piensa en contener el precio de los productos como llegan al consumidor final, pero se deja libre y bajo el albedrío de la Ley del oferta y la demanda, esto será un duro golpe a los productores agrícolas.
La matemática es muy simple, si los agricultores sufren la inflación para producir a muy alto costo y el gobierno limita vender sus productos a altos costos para no impactar a consumidores finales, claramente los grandes perdedores serán los hombres y mujeres del campo, por el simple hecho de producir a muy alto costo y vender a un costo bajo que les resulte irredituable.
Están por definirse los paquetes económicos para el Presupuesto de Egresos de la Federación PEF2023, serán los legisladores federales quienes de nueva cuenta tendrán la facultad de re direccionar recursos, en el caso de que el campo o algún otro segmento agroalimentario que se quede con limitados recursos. Pero si continúan con su dinámica de no modificarle ni una coma al proyecto del PEF que envía el ejecutivo federal al Congreso de la Unión, entonces no se puede esperar resultados diferentes si se siguen haciendo las mismas cosas.
Incrementar la producción agroalimentaria no se puede dar por decreto presidencial, si esta determinación no viene acompañada de una estrategia, que de inicio incluya más y mejores recursos presupuestales, vayamos olvidándonos que la producción de alimentos aumente por una “orden superior”.
La pelota está de cuenta en la cancha del ejecutivo federal y los diputados federales… al tiempo.
*Publicada y tomada de https://entornoagricola.com/
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