- La inseguridad alimentaria es un asunto central en la agenda de paz y seguridad internacionales
- México se suma a países que tengan como objetivo impedir que las personas sufran o mueran de hambre en un mundo que tiene las condiciones y la capacidad de evitarlo.
- Que se destinen recursos a la acción humanitaria y, primordialmente, a atender las causas subyacentes de los conflictos
CIUDAD DE MÉXICO. – Ante el Pleno del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el gobierno de México llamó a que se cumplan las resoluciones sobre conflictos armados y hambrunas, que han sido adoptadas por los países miembros, dados los crecientes impactos de la crisis de seguridad alimentaria a nivel global.
Al participar en el debate abierto sobre Conflicto y seguridad alimentaria, el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula, destacó que el Consejo de Seguridad cuenta con herramientas encaminadas a hacer frente a estos retos, aun cuando todavía queda un largo camino por recorrer para su plena instrumentación.
En representación del Gobierno de México, el funcionario federal expuso que la resolución 2417, adoptada en 2018, representó un paso importante para reconocer los vínculos causales entre conflictos armados y hambrunas.
La declaración presidencial 2017/14, también reconoció el valor y la necesidad de que el Consejo sea alertado por el Secretario General, cuando hay riesgo de hambruna en zonas afectadas por conflictos, señaló.
En tal sentido, expuso que México, en su calidad de miembro electo de este Consejo, reitera su llamado para que se cumplan las provisiones de las resoluciones pertinentes que han sido adoptadas.
Villalobos Arámbula expresó que la inseguridad alimentaria es un asunto central en la agenda de paz y seguridad internacionales, y requiere la atención inmediata y sostenida de las naciones y los organismos internacionales.
Acabar con el hambre y la malnutrición, enfrentar las crisis humanitarias prolongadas, prevenir y solucionar los conflictos y consolidar la paz, no son tareas independientes, son acaso, aspectos complementarios de un mismo desafío, refirió.
El titular de Agricultura subrayó la importancia de los mecanismos de alerta temprana con los que cuenta el sistema de las Naciones Unidas. No obstante, dijo, las agencias humanitarias y de desarrollo deben tener la capacidad para identificar y prevenir situaciones que puedan desencadenar hambrunas y sus implicaciones para la paz y la seguridad internacional.
Consideró que es fundamental explorar mecanismos de excepciones por razones humanitarias, con el fin de facilitar el trabajo de estas agencias en circunstancias coyunturales. Para poner fin a la inseguridad alimentaria en situaciones de conflicto es necesario también reorientar recursos y prioridades, anotó.
Sostuvo que, en lugar de incrementar gastos en las armas que prolongan conflictos o aquellas que devastarían la vida humana, animal y vegetal, se destinen recursos a la acción humanitaria y, primordialmente, a atender las causas subyacentes de los conflictos, tal y como lo planteó el presidente Andrés Manuel López Obrador en noviembre pasado, ante el Consejo.
El secretario Villalobos Arámbula expuso el compromiso de México para sumarse a todos aquellos países que tengan como objetivo impedir que las personas sufran o mueran de hambre en un mundo que tienen las condiciones y la capacidad de evitarlo.
Explicó que, si bien las causas de la inseguridad alimentaria son multidimensionales, es innegable que los conflictos armados, la mayoría bajo la consideración del Consejo de Seguridad, constituyen un factor determinante para propiciarla o agudizarla.
Las consecuencias de tales conflictos las paga injustamente la población civil. Ejemplos de ello, lamentablemente, no faltan, desde África hasta el Medio Oriente y, de manera más reciente, en Ucrania, enfatizó ante el secretario general de la ONU, António Guterres y el director general de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Qu Dongyu.
Por ello, calificó como inaceptable que, en un mundo de abundancia material y de recursos naturales, se gasten grandes cantidades de dinero para satisfacer costos superfluos o, en todo caso, no esenciales y que existan 193 millones de personas que viven en situación de inseguridad alimentaria, en 53 países.
Cien millones de ellos están en esa lamentable circunstancia a causa de conflictos armados, lamentó Villalobos Arámbula.
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