La sana distancia
Por Gladys Villalobos*
Luciana, como cada tarde en los últimos 10 años, espera la puesta de sol, para iniciar su caminata vespertina frente al Pacífico. Para ella y su pareja, Playas de Tijuana fue su cálido refugio después de años de trabajo. Cinco kilómetros recorre, desde la puerta de su casa hasta el muro fronterizo que divide México y Estados Unidos y de regreso a su hogar. Como la Meta en una carrera, ella toca el acero que le indica que ha llegado a la mitad de su recorrido. Gira y regresa con el sol a su costado derecho.
Haciendo uso de la ilusión: si el muro fronterizo desapareciera ¿Luciana se seguiría de frente o seguiría caminando 5 kilómetros? Ni cómo saberlo. Su historia y este momento que capte en Baja California me evoca los límites, las referencias que en ocasiones necesitamos en la vida.
Conocer y establecer nuestros límites saludables nos brindará salud mental y física. Empezando con nosotros y posteriormente con las relaciones que establecemos en nuestra cotidianidad. Tal vez, sean bien vistas y recibidas por los demás, tal vez no, pero la complacencia sin conciencia puede resultar desgastante y frustrante, nada amable con nosotros mismos. Encontrar y mantener el equilibrio en nosotros mismos, nuestras relaciones y nuestro entorno es un quehacer diario.
Podemos citar algunos límites comunes para todos: cuánto y qué comer, cuántas horas le dedicamos al trabajo, cuánto dinero gastamos, cuanto dormimos, cuántas noches nos desvelamos, cuánto tiempo nos mantenemos sedentarios o, al contrario, cuánto ejercicio realizamos. Todas estas situaciones comunes en nuestra vida tendrán un beneficio o consecuencia acorde a los límites que decidamos. Al final del día, cuando nos vivimos como seres responsables de nosotros, todo es una decisión.
Los límites saludables en nuestras relaciones. A veces nos cuesta un poco más de trabajo, de determinación y de claridad sobre cómo hacerlo. Expresar mis deseos, necesidades, inconformidades y decisiones con confianza y seguridad nos habla de límites saludables y de relaciones maduras, con personas con una evolución a la par. Expresar-me, no evadir, hace la diferencia para construir relaciones reales y duraderas.
Estar conscientes de lo que deseo y no, lo que necesito y no, de lo que me hace bien, es el resultado de estar en nosotros, de habitarnos, de hacernos responsables de lo que sucede en nuestra vida, de no ser la victima eterna de los demás. “La sana distancia”, viene a mi mente esta frase de un Expresidente de México. Los sanos límites para una vida más honesta, relajada, positiva, responsable y lo que se sume para bien.
Ante lo inevitable, aprendamos del mundo digital. Twitter nos otorga 140 caracteres para externarnos. Un límite no negociable ¿Por qué no dar fin a esa llamada telefónica ociosa o relación tóxica que solo merma tu energía?
“Lo Extraordinario de lo Cotidiano”, un espacio donde cada día es un motivo. Valoro tu tiempo.
*Cachanilla de nacimiento, comunicóloga de profesión, amante del cuerpo por vocación. Crecí análoga, me convertí digital. Asesora en Comunicación, Redactora de Contenidos, Fotógrafa. Contacto: [email protected]
Más historias
Entre Bancos, Empresarios, Políticos, .. y otros temas
Entre Los Surcos…
Dinero…