Por Norma L. Vázquez Alanís
(Segunda de dos partes)
Fray Pedro de Gante, el más activo de los tres frailes franciscanos de Flandes que llegaron a Nueva España en 1523, hace cinco siglos, fue autor de una obra doctrinal en la que destaca un catecismo pictográfico cuya copia ya tardía está resguardada en el Archivo Histórico de España, expuso el historiador Javier Eduardo Ramírez López en su ponencia ‘Y hablaron en idiomas: fray Pedro de Gante en Texcoco’.
Al abrir el ciclo de conferencias que con motivo del quinto centenario de la llegada de los tres primeros franciscanos a Nueva España organizó el Centro de Estudios de Historia de México (CEHM), el ponente, quien en 2019 junto con el obispo Juan Manuel Mancilla Sánchez creó el archivo histórico de la diócesis de Texcoco, refirió que acerca de la obra doctrinal de fray Pedro de Gante se han escrito varios detalles y desde el siglo XIX los bibliófilos y bibliógrafos han hecho a veces conjeturas porque algunas ediciones se confundieron, no estaban a la mano todas, y lo que él ha encontrado es que hay seis obras, una de las cuales trae el nombre de Gante y las demás son atribuciones, que siguen el mismo modelo porque son doctrinas cristianas.
Respecto a una supuesta primera impresión de una doctrina en náhuatl que se hizo en Europa (Amberes, 1528), hasta el momento no se ha localizado ningún ejemplar; recientemente el investigador César Manrique, que estudia el libro flamenco, no encontró ningún ejemplar en bibliotecas de Flandes de esta obra de Gante. La más común de las doctrinas que se publicaron en 1553, que es de las más completas, fue reeditada por el historiador y bibliófilo mexicano Ernesto de la Torre Villar con un estudio introductorio muy amplio sobre esas ediciones.
Precisó el historiador Ramírez López que en la biblioteca Huntington de California se encuentra la primera la doctrina cristiana en lengua mexicana de 1547, que pertenecía a un importante bibliófilo mexicano del siglo XIX y se la vendió a la institución; esta doctrina no tiene autor y le falta el colofón, por lo cual se desconoce en qué año se escribió, pero posiblemente fue en 1547, cuando se imprimió.
Esta doctrina tiene muchas peculiaridades, agregó. La primera es que el grabado de la portada donde aparece un fraile con una víbora tiene un texto, pero no en náhuatl sino en tarasco. Otra, es que ese ejemplar incluye, como ya lo había mencionado el historiador y filólogo Joaquín García Icazbalceta, varias hojas con sermones escritos en náhuatl, algunos datan del siglo XVII y otros del XVIII, son anteriores a la doctrina de Gante y en ellos se pueden apreciar distintas manos, pero como el volumen no está catalogado dentro del acervo común ‘Hojas extras’, los especialistas se van con el engaño de que es la doctrina de 1547.
En cambio la edición de 1548 consta de algunas hojas sueltas, se sabe que originalmente estaba en la biblioteca de la región de los volcanes, por Amecameca en alguna parroquia, y después fue adquirida por el doctor Nicolás León en el siglo XIX. Él fue quien la vendió a John Carter Brown hacia1896; igual son doctrinas que incluyen los diez mandamientos, pero puede observarse que no es la misma edición como consideraban distintos bibliófilos.
Ellos pensaban que era el mismo ejemplar y la realidad es que no, todavía investigadores como la doctora en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca, España, Guadalupe Rodríguez Domínguez, llegan a pensar que era el mismo ejemplar, pero si se le analiza a detalle no aparece, por ejemplo, en la parte superior la leyenda “cristiana” ni “doctrina”, dependiendo de qué parte se ve; entonces sí hay variaciones sustanciales que hacen pensar que son obras totalmente distintas.
La más famosa de las doctrinas es la de 1553, de la cual se conservan distintos ejemplares y es la que tiene mayor difusión porque incluye tanto una doctrina breve como una grande, tiene el calendario, así como algunos dogmas de la fe. El conferencista precisó que el ejemplar que posee la Biblioteca de la Fundación Valle de Lili se consideraba que era una edición de la doctrina de 1553 y que estaba incompleta, pero al examinarlo sí hay variaciones. Por ejemplo, en la misma foja cambian las expresiones, el uso de la y (griega) en lugar de la i (latina), y aunque se mantienen algunas frases se detectan cambios mínimos, lo que permite ver que tal vez la de 1553 fue enmendada o corregida.
Por último, seguiría la de 1556-57, que está en el Tecnológico de Monterrey y la más reciente que se le ha atribuido a Gante es la Cartilla para enseñar a leer y escribir, la cual tiene quitadas todas las abreviaturas que antes tenía y cabe pensar que hubo una edición anterior, que se desconoce y únicamente se conserva la edición de finales del siglo XVI.
Lamentablemente se ha creído en toda la historiografía que estos catecismos, de los cuales hay varias decenas de ejemplares diversos, unos en náhuatl y otros en mazahua o inca, eran en su mayoría obras del siglo XVI, pero se comprobó que no; el historiador español Juan José Batalla Rosado analizó la filigrana del papel, es decir, las características que permiten decir en qué momento fue elaborado el papel, quién lo produjo y en qué región, y al examinar todo este compendio de filigranas se dio cuenta de que en su mayoría son obras del siglo XVIII y el único que tiene el beneficio de la duda es el que está en la Biblioteca Nacional de España por la firma de Gante, pues no se aprecian con claridad las filigranas, comentó.
Las cartas de Gante a
los reyes de España
El historiador Ramírez López también habló sobre las cartas que escribió Pedro de Gante (epistolario con los reyes de España), las cuales se han publicado muchas veces, pero lamentablemente los investigadores no han consultado los originales, donde se puede ver que sí hay variaciones y cambios.
La carta más antigua que se conoce de Gante es la traducción de 1529, de una que mandó a sus hermanos pidiendo que le enviaran Biblias, y lo que hace peculiar a esta misiva son dos líneas: “ca ye ixquich, ma moteneoa in totech in totlatocauh in Iesu Christo”, que se traduce así: “por lo demás no tengo ya qué decir, sea loado nuestro Dios y su bendito hijo Jesucristo”, pues esas palabras serían las primeras impresas en náhuatl en Europa, y en general podría decirse que es el primer texto con dos líneas en náhuatl que se imprime en todo el mundo.
En todas sus epístolas fray Pedro de Gante explica la importancia de San José de los Naturales, pues ya contaba con cerca de 500 alumnos a quienes enseñaba artes y oficios. La carta de 1552 es la más rica y larga porque le expresa al rey los sentimientos que tienen los frailes hacia los naturales que han sido explotados, que viven en miseria, que han sido agraviados, que necesitan por favor se dicten leyes para cuidar a estos indígenas.
También hay un memorial inédito de fray Pedro de Gante de 1561, escrito por él y por Buenaventura de Salinas; de ese documento se sabía desde que Francisco del Paso y Troncoso tuvo acceso a una carta de Montufar, porque versa sobre algunos problemas acerca de la secularización, el costo para mantener a la capilla, cuánto dinero necesitaba y en qué se gastaba.
Adelantó el historiador Ramírez López que, con motivo de este quinto centenario del obispado de Texcoco, tiene la intención de publicar la Biblioteca Pedro de Gante, es decir, un compendio donde estén todas las cartas, doctrinas y el catecismo atribuido al fraile y que fue parte de la labor de evangelización de este franciscano, uno de los primeros que llegaron a Nueva España.
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