Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Infecciones urinarias recurrentes

Por Rosa Chávez Cárdenas

Espero que esta aportación resulte de utilidad a esas mujeres y hombres que se quejan de las visitas constantes al médico por infecciones de las vías urinarias. Después de un tiempo se dan cuenta que los tratamientos con antibióticos en lugar de mejorar sus síntomas se prolongan. Los síntomas inician como la tan reconocida cistitis, el primer diagnóstico del médico es que seguramente la infección fue causada por transmisión sexual de la pareja. Pero nada que ver, las mujeres argumentan que tienen meses, años sin tener intimidad. Otra de las causas es que beben poca agua, que el aseo de los genitales es deficiente, en fin. En la primera consulta la receta es un antibiótico por siete días, otros recomiendan hasta por dos semanas incluso por meses, al ver que no mejoran, regresan o cambian de médico, la misma prescripción otro antibiótico, incluso sin preguntar cuál fue el anterior. Pasan los días, meses y la desesperación va en aumento, los efectos secundarios se incrementan, problemas digestivos, infecciones respiratorias que antes no tenían, alergias, incluso la mente se volvió obsesiva, algunas comentan que parece que traen un radio en su cerebro, tan solo con escuchar una canción todo el día se repite en su mente. Hasta que otro médico o por recomendación de la amiga que ya pasó por esa peregrinar de consultas médicas le recomienda un cultivo de orina. El resultado arroja una bacteria. Escherichia Coli (E. Coli), el antibiograma reporta que ya está muy resistente a los antibióticos y como no, ya le fastidiaron las defensas y arrasaron con el microbiota. Esta bacteria es habitante normal de los intestinos de los humanos y de los animales. La bacteria se vuelve patógena cuando bajan las defensas por diferentes causas: estrés, estreñimiento, por alimentación deficiente, por fumar, beber muchos refrescos, carbohidratos refinados y obvio por el uso y abuso de antibióticos. En otras ocasiones por la ingesta de alimentos como vegetales crudos que riegan con aguas contaminadas, leche recién ordeñada no pasteurizada, por la carne de res molida y poco cocida, cuidado con esas hamburguesas de la calle, por problemas hormonales y por incontinencia urinaria. Algunas infecciones por E. Coli causan dolor abdominal, diarrea con sangre y hasta vómitos, en otras ocasiones, cistitis y puede llegar a una infección más aguda en la que se presente un cólico y hasta una hemorragia por las vías urinarias. Los adultos sanos se recuperan de una infección por E. Coli, en una semana, solo en algunos casos que sufren de otra enfermedad como diabetes y otras de origen autoinmune como el lupus, leucemia, entre otras. Además, en niños y adultos mayores en los que su sistema de defensas está comprometido en otras enfermedades puede causar una infección más grave como insuficiencia renal. Entre los factores de riesgo internos el nivel bajo del ácido en el estómago. El ácido Clorhídrico proporciona un ambiente sumamente ácido un Ph (7) pero como parte del metabolismo las células de la mucosa en el cuello de las glándulas gástricas secretan moco y bicarbonato que amortigua el PH y lo neutraliza. El ácido clorhídrico proporciona un ambiente ácido necesario para que la pepsina descomponga las proteínas que ingerimos. El ácido del estómago ofrece protección contra la E. Coli, pero si ingieren fármacos para los problemas digestivos, esos tan recomendados sin receta como los antiácidos, la Famotidina, ranitidina y los inhibidores de la bomba de protones como el omeprazol, el pantoprazol, entre otros, seguirán con las infecciones por la bacteria y además con el tiempo se presenta osteopenia porque inhiben la absorción del calcio. La Clínica Mayo reconoce que no hay un antibiótico para la E. Coli, la recomendación que sugieren es un vaso de agua en ayunas con una cucharada de vinagre de manzana y una cucharadita de miel de abeja, puede ser en un yogurt sin azúcar. Otra recomendación es una aportación de la medicina china. El jugo de un limón con jengibre rayado en un vaso de agua, es uno de los mejores digestivos; el jengibre promueve la producción de ácido clorhídrico, mejora el apetito, la digestión y por lo tanto las defensas contra las infecciones. Los ácidos orgánicos del limón respetan el entorno ácido del estómago, al metabolizarse el jugo de limón se vuelve alcalino de manera que respeta el entorno favorable del intestino para el buen funcionamiento.

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del Dolor y Dra. Rosa Chávez

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