Desde la posguerra hasta la pandemia de covid-19, Isabel II estuvo presente en los momentos más importantes de la historia británica de mitad del siglo XX a las primeras dos décadas del XXI
Por Fernanda Hernández Orozco
@srta_hdez
Si se pudiera definir la historia del último siglo en Reino Unido con un solo personaje, ese solo puede ser la reina Isabel II. La monarca británica, fallecida este 8 de septiembre a los 96 años ha estado presente en los momentos más importantes de su país desde la posguerra hasta la pandemia de covid-19.
La confirmación de su muerte se hizo desde la cuenta de la Familia Real. El Palacio de Buckingham ya luce la bandera a media asta, y se prevé que así lo hagan los demás estados de donde reinaba.
«La Reina murió pacíficamente en Balmoral esta tarde».
«El Rey y la Reina Consorte permanecerán en Balmoral esta noche y regresarán a Londres mañana», se lee en el tuit.
Fue la última reina con la que el histórico Winston Churchil trabajó, la primera cuya imagen fue transmitida por televisión y su vida fue llevada a la pantalla en una serie de una plataforma de streaming, The Crown, la producción más cara de Netlfix hasta el momento.
Estos son los hechos que marcaron la biografía de la reina, así como al Reino Unido durante las últimas siete décadas.
Sucesión de la Reina Isabel La joven reina
La familia de la princesa Isabel no esperaba que la niña se convirtiera en reina algún día. Las expectativas eran que viviera una vida relativamente normal dentro de su privilegio como parte de la familia real británica.
Su padre, el duque Jorge de York, era el segundo en la línea de sucesión, después de su hermano Eduardo VIII, por lo que sus hijas —Isabel y Margarita— ocuparían puestos muy lejanos en la línea de sucesión en la corona.
El destino de Isabel II cambió cuando su tío abdicó al trono en 1936 y ella, hija del recién coronado rey Jorge VI, se convirtió en princesa heredera.
Dos años antes, en 1934, conoció al príncipe Felipe en la boda de la prima de este, la princesa Marina de Grecia, y su tío, el duque de Kent. Isabel y Felipe se comprometieron unos años después, el 9 de julio de 1947.
La pareja se casó el 20 de noviembre de 1947. La ceremonia, de acuerdo con la biografía oficial de Isabel, fue discreta pues el país aún se recuperaba de la Segunda Guerra Mundial. La princesa Isabel tuvo que recolectar cupones de ropa para su vestido, como cualquier otra joven novia británica de la época.
La pareja tuvo a su primer hijo, el príncipe Carlos, en 1948, dos años después nació la princesa Ana. La familia se mudó entre 1949 y 1951 a Malta, donde Felipe era oficial de la Flota del Mediterráneo.
Luego de una enfermedad prolongada, el rey Jorge VI falleció el 6 de febrero de 1952.
El monarca británico había cancelado una gira por los países de la Commonwealth a principios de aquel año. En su lugar acudieron la entonces princesa de Gales, Isabel, y su esposo, el duque Felipe de Edimburgo. La futura se enteró de la muerte de su padre en Kenia, a miles de kilómetros de Londres.
Isabel, de entonces 25 años, accedió inmediatamente al trono ese día y desde entonces ostenta el título de Isabel Segunda, por la Gracia de Dios, reina del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, y de sus otros Reinos y Territorios, jefa de la Mancomunidad de Naciones, defensora de la Fe.
“Siguiendo las noticias, la gira fue abandonada y la joven princesa voló de vuelta a Gran Bretaña como reina. Ella fue recibida con honores por el primer ministro Wiston Churchil y otros oficiales en el aeropuerto, antes de regresar a Claren House, donde el estandarte real fue ondeado por primera vez en su reinado”, indica su biografía en el sitio web de la Casa Real Británica.
Isabel tuvo que esperar hasta el 2 de junio de 1953 para ser coronada, oficialmente, como reina de Inglaterra en una ceremonia en la Abadía de Westminster. Se trató de la primera ceremonia de coronación transmitida por televisión, en parte por el consejo de Felipe de Edimburgo, el esposo de Isabel y su leal acompañante por más de 70 años.
“La televisión trajo a casa a cientos de miles de personas en todo el Commonwealth el esplendor y el significado de la Coronación de una manera que nunca antes había sido posible”, señala la biografía oficial de la reina.
La reina Isabel tuvo otros dos hijos: el príncipe Andrés, nacido en 1960, y el príncipe Eduardo, en 1964. Ambos fueron los primeros niños nacidos de una monarca en el trono desde que la reina Victoria tuvo a su familia.
El fin de un imperio
El imperio británico, que floreció durante el reinado de Victoria, se desmoronaba ya cuando Isabel II asumió el trono. Entonces, Reino Unido ya había perdido la mayoría de sus colonias en Medio Oriente y el Sureste asiático, incluida una de las joyas de la corona, India, que se declaró independiente en 1947.
La descolonización de Eritrea (1952) y la independencia de Egipto (1953), fueron el pistolazo de salida de los procesos independentistas en África que se seguirían en este continente durante las siguientes tres décadas.
«En los primeros 12 años de su reinado el imperio prácticamente desapareció, hasta el punto de que en 1965 el término ‘imperio británico’ había dejado de usarse comúnmente», escribe el historiador Ashley Jackson, citado por la BBC.
Aunque ya no gobierna estos territorios, Reino Unido ha mantenido su influencia en estos territorios gracias a la existencia de la Mancomunidad de Naciones o Commonwealth, que grupa a 54 países independientes y semiindependientes que mantienen lazos históricos con Reino Unido, y cuya pertenencia a la misma en la actualidad es voluntaria y no implica sumisión a la monarquía británica.
Isabel aún es monarca de 14 países, además del Reino Unido, pero su papel como jefa de Estado es más bien simbólico.
Un país que se transformó
Durante sus primeros años de reinado, Isabel II tuvo que enfrentar las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, finalizada sólo siete años antes de su ascensión y los retos de la reconstrucción económica de un país destrozado por años de conflicto armado.
Entonces, señala una nota de la BBC, el país tenía una fuerte distinción de clases, donde los asesinos eran condenados a la horca, la conducta homosexual era ilegal y la inmigración masiva no había comenzado.
Reino Unido ya no es el mismo lugar. El país ya no permite la pena capital, el matrimonio entre personas del mismo sexo es permitido desde 2014 y es un importante destino de inmigración para Europa del Este, África y Oriente Medio.
En el mundo se libraba la Guerra Fría, con los soviéticos y las potencias capitalistas, encabezadas por Estados Unidos, enfrentados en escenarios como Vietnam o Corea.
Durante su reinado Isabel mantuvo una relación cercana con Estados Unidos. Viajó por primera vez a ese país como reina en octubre de 1957 y ha recibido a 13 de los 14 presidentes estadounidenses con los que ha coincidido durante su reinado. En 1991 se convirtió en la primera monarca británica en hablar ante el Congreso estadounidense.
En Reino Unido se vivió una revolución cultural entre los jóvenes que nacieron durante la Segura Guerra Mundial. El rock tomó las principales de La misma Isabel recibió en su palacio de Buckingham a The Beatles, canalizadores de esa energía de los años 60.
Los 70 fueron duros para Reino Unido, con años de inestabilidad económica y constantes huelgas.
El 30 de enero de 1972, soldados del primer batallón del regimiento de paracaidistas del Ejército británico, considerado uno de sus más implacables cuerpos de élite, dispararon contra una manifestación que discurría por las calles de Derry, Irlanda del Norte, una ciudad de mayoría católica y numerosa presencia de nacionalistas irlandeses. Este episodio fue conocido como el Domingo Sangriento. El conflicto norirlandés continuó hasta 1998, cuando se firmaron los acuerdos de paz.
El Reino Unido se adhirió a la Comunidad Económica Europea (CEE), comúnmente denominada por los británicos como el “Mercado Común» el 1 de enero de 1973, bajo el gobierno del conservador Edward Heath.
En 1977, su jubileo de plata —para celebrar su primeros 25 años en el trono— se vio enturbiado un poco por la canción de los Sex Pistols «God Save the Queen», en que califican a la monarquía de «régimen fascista».
Esta década también marcó la llegada de la conservadora Margaret Tatcher como primera ministra de Reino Unido.
En abril de 1982 se produjo la Guerra de las Malvinas, que acabó en menos de mes y medio con una victoria del Reino Unido sobre Argentina y la muerte de 650 soldados argentinos y 255 soldados británicos.
Con la popularidad que le dio esta victoria militar, la conservadora Margaret Tatcher fue reelecta como primera ministra. En 1983 privatizó las empresas estatales de teléfono, gas, agua, electricidad y la línea aérea British Airways.
Isabel mantuvo una relación complicada con Tatcher, conocida como la “Dama de hierro”, y llegó a mostrarse preocupada por los “costos humanos” de las medidas adoptadas por la premier.
La década de las reformas
Los 90 fueron los años más complicados que la familia real británica vivió en mucho tiempo, con varios hechos que pusieron bajo cuestionamiento a la monarquía.
Isabel II hizo historia en 1991, pues se convirtió en la primera monarca en hablar ante el Congreso de Estados Unidos, en una intervención sobre la Guerra del Golfo.
El año 1992 fue conocido, de hecho, como el annus horribilis (año horrible) de la reina Isabel II. Tres de sus hijos, la princesa Ana, el príncipe Andrés y el príncipe Carlos se separaron. Ana terminó divorciándose ese mismo año. Los tabloides, sin embargo, se interesaron especialmente por la separación de Andrés con Sarah Ferguson, y por la crisis matrimonial de Carlos, el príncipe heredero.
En octubre, durante una visita de Estado en Alemania, la reina se enfrentó a la furia de los manifestantes, quienes le lanzaron huevos.
Para rematar, el 20 de noviembre de 1992 un incendio destruyó parte del castillo de Windsor, una de las residencias habituales de Isabel II. Aunque no hubo heridos, el siniestro sí causó pérdidas económicas importantes, ya que parte del patrimonio de casi mil años del recinto fue devorado por las llamas.
En un discurso inusual, cuatro días después del incendio, Isabel expresó que toda institución espera recibir críticas. “Ninguna institución (…) debería confiar en quedar libre del escrutinio de aquellos que le conceden su lealtad y apoyo. Mucho menos de los que no se lo conceden”, dijo Isabel en su declaración.
Tanto la reina como su primogénito se comprometieron a que el Parlamento realizara un control más transparente de sus finanzas.
El 28 de noviembre, el primer ministro John Major anunció reformas en las finanzas reales para cumplir las promesas de la reina, incluyendo un pago de impuesto sobre la renta por primera vez, comenzando en 1993, y una importante reducción del número de miembros de la familia real que recibía un sueldo con cargo al erario.
Los rumores sobre la relación entre Carlos y Diana de Gales aumentaron con los años y concluyeron en divorcio cuatro años más tarde. Lady Di, como era conocida, se había convertido en uno de los personajes más queridos de la familia real, gracias a su carisma. Un año después, el 31 de agosto de 1997, Diana murió en un accidente de auto en París, Francia.
Cuando el accidente ocurrió, Isabel II estaba en la residencia de verano en Balmoral. Junto con su esposo, Felipe de Edinburgo, la reina decidió proteger a sus nietos Guillermo y Enrique de los medios y los rumores, por lo que permanecieron refugiados en la casa de Balmoral por cinco días. La prensa británica de entonces criticó la secrecía de la familia real.
Con un discurso pronunciado el 4 de septiembre, un día antes de los funerales de Diana y en que mostró su admiración por la princesa de Gales, Isabel II logró superar la desconfianza pública.
En 1998, durante el primer gobierno de Tony Blair, se publicó el informe de una segunda comisión de la verdad sobre el Domingo Sangriento que, en la medida en que contribuyó a restaurar la confianza en los mecanismos del Estado de Derecho, facilitó la adopción de los Acuerdos de Paz de Viernes Santo o el Acuerdo de Belfast el 10 de abril de 1998, por el que se alcanzó la paz en Irlanda del norte.
Jubileos y récords
10 años después del annus horribilis, la reina Isabel II tuvo que enfrentar de nuevo momentos de incertidumbre. La reina madre Isabel y la princesa Margarita, la madre y la hermana de Isabel II, fallecieron en febrero y marzo de 2002, respectivamente. Ese mismo año, la monarca se preparaba para celebrar su jubileo de oro, que conmemora el aniversario 50 de su ascenso al trono. Lo celebró con una gira por los territorios de los que es jefa de Estado, comenzando por Jamaica.
El 7 de julio de 2005, Londres fue escenario de uno de los peores atentados terroristas cometidos por militantes islamistas en Europa. Hubo cuatro explosiones en menos de una hora en el transporte público londinense: tres en el metro y una en un autobús, justo en plena hora pico. El saldo fue de 56 personas muertas, entre ellas los cuatro terroristas, y 700 heridos.
«Los atroces atentados de hoy en Londres nos han conmocionado a todos», declaró entonces la soberana en un breve comunicado emitido por el Palacio de Buckingham.
Las decisiones de Tony Blair, que aún era primer ministro, preocupaban a Isabel II, especialmente las guerras en Afganistán e Irán, a las que Reino Unido se unió como apoyo a su aliado Estados Unidos. Según un reporte de The Daily Telegraph publicado en 2008, la reina estaba “angustiada” por una posible sobrecarga de las Fuerzas Armadas británicas en el conflicto.
El 21 de diciembre de 2007 rompió el récord de su tatarabuela, la reina Victoria, como la monarca británica más longeva de la historia.
Sin embargo, siempre se mostró agradecida por los esfuerzos de Blair para lograr la paz en Irlanda del Norte. En mayo de 2011, Isabel II realizó su primera visita de Estado a Irlanda, por invitación de la presidenta irlandesa, Mary McAleese.
Isabel se dirigió a las Naciones Unidas por segunda vez en 2010, en calidad de reina y jefa de la Mancomunidad de Naciones. El entonces secretario general Ban Ki-moon la presentó como un “ancla para nuestra época”.
La visita de la reina a Australia en octubre de 2011, la decimosexta desde 1954, fue llamada su “gira de despedida” por la prensa británica, debido a su avanzada edad. Entonces, tenía 85 años.
En 2012, la reina celebró su jubileo de Diamante por el 60 aniversario de su coronación, con una pequeña gira por Reino Unido y un concierto en el que participaron Paul McCartney, Elton John y Kylie Minogue.
Los festejos en esta década no impidieron que la agitación política tomará Reino Unido.
Escocia, uno de los países que conforman el Reino Unido, celebró un referéndum sobre su independencia el 18 de septiembre de 2014. La pregunta del referéndum, siguiendo las recomendaciones de la Comisión Electoral del Reino Unido, fue: “¿Debería Escocia ser un país independiente? Sí o No”. El “no” se impuso con 55.3% de los votos.
Otro referéndum modificó la historia del Reino Unido menos de dos años después. El 23 de junio de 2016, los brtiánico votaron en una consulta para decidir si el Reino Unido permanecería o no en la Unión Europea. La salida del bloque ganó con un 51% de los votos. El brexit ganó.
La monarca se vio arrastrada en las negociaciones. El 16 de marzo de 2017, dos días después del visto bueno del Parlamento, la reina autorizó a la entonces primera ministra Theresa May a iniciar las negociaciones con la Unión Europea para llegar a un acuerdo de divorcio.
Las discusiones entre Londres y Bruselas se empantanaron tanto, que en 2019 miembros del Partido Conservador pensaron en acudir al “humilde llamado”, un instrumento legislativo para brincarse a la primera ministra y que la monarca fuera quien negociara directamente con la UE. El instrumento no se usó, en parte por la imparcialidad de la soberana, quien suele evitar este tipo de conflictos.
Después de tres años de duras negociaciones y con un nuevo primer ministro, Boris Johnson, el brexit se completó el 1 de febrero de 2020, con lo que marcó la primera salida del bloque europeo en su historia.
Los últimos años de Isabel estuvieron marcados por las pérdidas y el escándalo de su familia. Por un lado, tuvo que despedir a su esposo y compañero de toda la vida, el príncipe Felipe de Edimburgo, quien murió el 9 de abril de 2021, tras pasar varios meses de enfermedad.
En una imagen que quedará grabada como símbolo del rigor de los confinamientos por Covid-19 en Reino Unido, el 17 de abril de 2021 se vio a la reina, de riguroso luto, sentada totalmente sola en la capilla del castillo de Windsor durante el funeral del príncipe Felipe, con quien estuvo casada siete décadas.
En el último año, la reina también tuvo que enfrentar el desprestigio en el que cayó su hijo Andrés. El 13 de enero de 2022 le retiró los títulos militares por un escándalo sexual relacionado con Jeffrey Epstein y su novia Ghislaine Maxwell.
En febrero pasado, Isabel se convirtió en la primera monarca británica en celebrar un Jubileo de Platino, la celebración por los 70 años de su coronación.
La fiesta fue ensombrecida una semana después, cuando se comunicó que la reina tenía Covid-19, por lo que tuvo que suspender su agenda pública. Además, problemas de salud ya aquejan a la monarca desde 2021, cuando poco a poco se alejó de la vida pública.
En mayo, los rumores sobre la salud de Isabel se hicieron más fuertes después de que faltara el 10 por primera vez en 60 años al discurso de apertura del Parlamento. Las dos ocasiones anteriores en las que había estado ausente fueron en 1959 y 1963, cuando estaba embarazada de los príncipes Andrés y Eduardo. El príncipe Carlos ocupó su lugar.
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