Inseguridad en la zona rural
Por Reynaldo Magaña*
La inseguridad es un grave problema para el desarrollo rural y la tranquilidad de las familias en el campo. Los ejidos y comunidades aspiran al trabajo y la producción agropecuaria, atentos a las primigenias intenciones de las leyes y códigos agrarios, anotadas durante el siglo veinte y lo que va del veintiuno.
Desde luego también lo plasmado en la ley de mil novecientos quince, la primera ley agraria del siglo pasado que resumió las intenciones y postulados revolucionarios. Actualmente todo ello se ha diversificado, incursionando los ejidatarios y comuneros en otras actividades de producción y ahora también de servicios, agroindustria, turismo e infinidad de actividades comerciales que generan ingresos y bienestar.
Sin embargo, estas ocupaciones se encuentran amenazadas por la delincuencia. Es frecuente leer en los medios de difusión prácticamente a diario, sobre la comisión de delitos en la zona rural, desde robos lo más común, hasta asaltos y homicidios.
Haremos un paréntesis en el tema, para analizar y describir el origen de las sociedades y el gobierno, para arribar finalmente a una conclusión. Se encuentran diversos tratados, ensayos y muchas publicaciones al respecto, sobre filosofía política, los cuales abordan el origen del gobierno y sus funciones; Platón y Aristóteles en la antigüedad, John Locke, Juan Jacobo Rosseau y muchos otros en épocas más recientes.
Estos últimos más refinados en los análisis y propuestas, han estudiado las formas de gobierno, funciones y atribuciones. Todos concluyen que el gobierno es para generar bienestar al pueblo, dentro de lo cual la seguridad pública y procuración de justicia juegan un papel destacado.
En esencia coinciden en que en los orígenes de la humanidad no existía gobierno y todos pensaban que su libertad estaba limitada solamente por su deseo y pensamiento, aunque atropellaran y destruyeran a los otros; se vivía en un estado de guerra permanente entre los individuos.
La convivencia y supervivencia eran casi nulas, razón por la cual empezaron a generar pequeñas tribus y comunidades, limitando paulatinamente sus actos agresivos y bárbaros, para poder tener tranquilidad y un poco de seguridad.
Enseguida, propusieron encargar a un individuo la dirección del grupo, autolimitando sus libertades hasta donde los otros tenían las suyas, con lo cual se empezaron a generar ordenanzas y el jefe, designado por todos, fue el administrador de esas normas y acuerdos comunitarios.
De manera muy elemental e incipiente es esto el origen de las sociedades y administraciones públicas, pero lo fundamental es que cada gobierno, del nivel que sea, debe garantizar la seguridad a cada ciudadano para lograr la armoniosa convivencia y bienestar social.
La zona rural es altamente generadora de productos básicos y ahora de infinidad de servicios, traduciéndose en derrama económica en todos los núcleos agrarios. Esto ha llamado la atención de los delincuentes, pequeños raterillos, medianos, grandes y delincuencia organizada además; la sociedad rural está en manos del hampa, ante la ausencia del gobierno, quien está obligado a protegerla y servir y no lo está haciendo.
Ante la desesperación de ejidatarios y pobladores rurales, en algunas entidades del país han surgidos las denominadas autodefensas, que buscan resolver esta problemática y proteger a las familias, que el gobierno no ha podido o no ha querido hacer.
Son ya muchas las voces de los rurales que pretenden tomar la solución en sus manos, lo cual es muy peligroso, porque esa tarea le corresponde directamente al gobierno. Que lo hagan los particulares se traduciría en ausencia de gobierno y entonces volveríamos a la época de las cavernas, donde solamente existía la ley del más fuerte. Que esto sirva de llamado urgente de atención.
Los gobernantes son pasajeros, ¡los campesinos siempre estarán ahí!
*El autor es especialista en derecho agrario y promotor de economía solidaria
Twitter: @ReyMagaa
Facebook: Foro Agrario México
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