Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Insultar a diestra y siniestra….

* Hoy quiero compartirle la indignación que experimento cuando escucho algunas de las líneas discursivas de Jaime Bonilla.

Por Francisco J. Fiorentini Cañedo *

 “Somos lo que Hacemos”.

Hoy quiero compartirle la indignación que experimento cuando escucho algunas de las líneas discursivas de Jaime Bonilla, indignas de cualquier liderazgo que aspire respetarse, máxime si se trata de un gobernador. Creo profundamente en las libertades y en la autodeterminación de cada ciudadano, me preocupa que su nivel de liderazgo sea tan bajo como para terminar haciendo del insulto, de la mentira y del vituperio el común denominador de su mensaje de todos los días; después del desastre de Kiko Vega jamás hubiera esperado tener que consentir a un gobierno autoritario, ineficiente y con tan bajo nivel que resulta sencillamente inaceptable; ojalá ésta colaboración sea una que llame a la reflexión: un estado democrático no debe ser gobernado mediante las calumnias, el vituperio y la diaria ofensa de quien debe ser ejemplo de trabajo, entrega y resultados; tres características completamente ausentes en la persona del gobernador.

Hechos son amores, el pasado de Bonilla retrata a la perfección la forma en la que se conduce; su agandalle y conductas tramposas tienen como antecedente directo haberle robado a los mexicalenses una final de la Liga Mexicana de Pacífico, situación por la que fue corrido de por vida de cualquier actividad relacionado con el beisbol en nuestro país; hay antecedentes documentados de su falta de ética al haber sido detenido por el delito de fraude. Hoy como gobernador sus dichos son de tan bajo nivel que haré algo que nunca consideré hacer previamente: abogar en favor de Jorge Hank Rhon, a quien personalmente considero indefendible, sin embargo; es inaceptable e indigno que alguien sea tan ruin como para considerar que tiene atribuciones para emitir juicio algún respecto al físico de una persona, máxime si quien los emite lo hace al amparo del poder, aprovechándose de un espacio pagado con el presupuesto público, esto es, a través de nuestros impuestos; mi cuerpo, al igual que él de cada uno corresponden al ámbito más privado de cualquier ciudadano, por ello inaceptable que sea sujeto de crítica alguna, hacerlo sólo refleja la bajeza de quien lo realiza.

Tengo en alta estima a Francisco Rubio, no tengo el gusto de haber tratado a su hijo, reconozco a su padre como alguien trabajador, como gente de bien que mucho ha hecho, sin lugar a dudas mucho más que Bonilla, para que Tijuana sea una mejor ciudad con más y mejores oportunidades de empleo y, entre otras cosas, una mejor UABC; por ello me indigna que el gobernador aproveche un espacio público para que intimide a su conveniencia so pretexto de una posible deuda por servicios públicos; ahora resulta que tenemos que tragarnos sus dichos por el siempre hecho de que es cabeza del gobierno estatal.

¿De verdad la gente que mueve Tijuana seguirá cruzada de brazos?, ¿Dónde ha quedado la dignidad de nuestros liderazgos que temerosos hemos decidido callar ante tanta estupidez y encono?, yo no estoy dispuesto a seguir siendo espectador de tan bajo repertorio, seguir guardando silencio no es un acto de prudencia, es uno de peligrosa complicidad, tengamos la dignidad para hacerle ver que no estamos de acuerdo, que ya no estamos dispuesto a seguir tolerando la sinrazón que no construye comunidad, por muy gobernador que se sea. Que los vituperios e insultos son un desgobierno, tal y como lo ha sido su administración.

* El autor es empresario y ex dirigente de Coparmex Mexicali. 

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