Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Editorial…

Populismo vs técnica

El pasado 1 de julio, más de 30 millones de mexicanos depositaron su confianza en Andrés Manuel Lopez Obrador para gobernar al país como presidente de la república del 1 de diciembre del 2018 al 30 de noviembre de 2024, confiriéndole la responsabilidad de buscar las mejores condiciones para impulsar el desarrollo social y económico de la nación, combatiendo la impunidad que ha venido generando marcados índices de corrupción, en la población, y en las altas esferas gubernamentales.

En su campaña de proselitismo, el candidato de Morena criticó la obra magna del gobierno de Enrique Peña Nieto, el NAICM –nuevo aeropuerto de la ciudad de México-, primero por considerar que, en la asignación y/o licitaciones de contratos para su construcción, pudieran existir favoritismos y corrupción.

Como propuesta del candidato estuvieron y están la construcción de dos nuevas pistas en el actual aeropuerto internacional y la utilización del aeropuerto de la Base Militar de Santa Lucia.

En el trayecto surgieron fuertes controversias y señalamientos en contra de las versiones del aspirante a la presidencia de México, tanto del sector oficial como de empresarios y desde luego, de encarnizados críticos en medios de comunicación.   

Sobre la corrupción en la obra del NAICM, mencionada por AMLO, salió a flote algo que pasó desapercibido, el gran negocio del transporte de millones de metros cúbicos de materiales pétreos para la estabilización del suelo a lo largo de las pistas de aterrizaje, maniobras y edificaciones.

Por lo pronto, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto determinó la cancelación o suspensión de licitaciones para nuevas obras y se abrió un compás de espera tras el análisis, por parte de empresarios, de propuestas y opiniones técnicas que justificaran, o no, la conveniencia del NAICM.

Al final de las confrontaciones de datos técnicos de los conocedores del tema, algunos con las pestañas quemadas por el estudio y la experiencia, surgirá la respuesta a la conveniencia o no, de continuar la obra.

Pero, lo que parece una vacilada es el anuncio de una consulta pública para qu,e sea la ciudadanía la que defina sobre una obra que, cuando menos, más de la mitad de los 30 millones de votante por Andrés Manuel Lopez Obrador, jamás utilizarán.

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