Entre Los Surcos…

A río revuelto

En baja California, el sector primario la producción es el mejor caldo de cultivo para políticos, tanto candidatos como funcionarios, bajo el argumento de la atención de sus reclamos y busca de solución a sus problemas, son la mejor carne de cañón, parta llevar agua a su molino.

El mejor ejemplo lo tenemos en los productores de trigo que desde hace muchos años han sido utilizados, especialmente a la proximidad de la cosecha, cuando los precios del mercado internacional son bajos, los apoyos insuficientes para competir con sus homólogos de otras naciones.

La desfachatez de los funcionarios responsables de mantener la tranquilidad en los entes productivos, siempre con aspiraciones a candidatos, utilizan a integrantes de grupúsculos con un membrete, pero sin una real representación, para dividirlos y enfrentarlos.   

De acuerdo con una versión del titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de Baja California, arquitecto Juan Melendrez Espinoza, Ricardo Muñoz, cabeza de Producción y Progreso, tiene un fuerte adeudo con el FOGABC, pero se niega a abonar.

Es más, nos dijo que ofreció pagarle un sobreprecio de 50 pesos, por paca de alfalfa entregada, como abono al FOGABC, pero no acepto, le dijo que pagaría cuando vendiera la cosecha, pero no le dijo si la de trigo o de alfalfa.

Esto nos lleva a considerar que posiblemente la veintena de integrantes de Producción y Progreso, estén en las mismas condiciones y la espera de que prospere la anunciada promoción, de Meléndrez Espinoza, para encontrar opciones que reintegren a la producción a los productores deudores.

Pero creo nos salimos de lo comentado al inicio, sobre la división fomentada por el titular de la Secretaría de Agricultura del Estado, entre los productores de trigo.

No se puede soslayar que Ricardo Muñoz, llegó a la cabeza de los productores de trigo, impulsado por el Lic. Rogelio Ayala Camacho -QEPD-, dizque con el visto bueno del senador José Narro, todo con miras políticas.   

Cuando Ricardo perdió la reelección buscada por considerar que había hecho el mejor papel como dirigente, cuando en realidad solo fue un alfil del gobierno de Marina del Pilar Ávila Olmeda, para terminar con el plantón en el Centro de Gobierno.

La insurgencia de Horacio Gómez Carranza, en el relevo, no solo fue un descalabro para el ego e intereses de Ricardo, sino también para el arquitecto Melendrez Espinoza, quien le ha dado el trato similar a la dirigencia electa.

Lamentablemente, los únicos perjudicados son los productores de trigo, con gestorías divididas, ignorando aquello de “divide y venceras”