Hablar de la muerte
Por Gladys Villalobos*
“Honremos a los muertos, celebrando la vida”. El Día de Muertos es una celebración mexicana para honrar a los muertos que se remonta a la era prehispánica. Con la llegada de los españoles se mezcló con las fiestas católicas de los fieles difuntos.
Al inframundo lo llamaban Mictlán. Mictlantecuhtli era el Señor de la muerte. El destino final de las personas estaba determinado por la conducta desarrollada en la vida. Esta tradición nos invita a acercarnos sin miedo al destino final, reencontrar a los seres queridos y recordar que la muerte es parte de la vida.
Aceptar que nuestra existencia es finita, que un día concluirá nuestra vida terrenal, es tocar la humildad y un acierto de conciencia. Estar conscientes de ello puede contribuir a transformar el modo en que vivimos, la pasión con la que cada día accionamos nuestro cotidiano, las decisiones que postergamos, las situaciones que aceptamos incluso, los hechos o personas que damos por sentado estarán en nuestra vida para “siempre”.
¿Qué pasa en nosotros cuando reflexionamos que cada día es un día más y también un día menos? ¿Qué viene a tu mente? El sistema informático del “cielo” sufrió una avería lo que provocó que a los humanos le llegara a su celular la fecha de su muerte. Es la trama principal de una película que no recuerdo en absoluto su nombre, no doy con ella en internet, la vi hace más de 15 años. El punto es la acción, reacción o negación de las personas ante tal información, no solicitada, no esperada e incluso no deseada. Es una película llena de fantasía ¿A ti te gustaría conocer la fecha de tu muerte?
En ocasiones evadimos el tema de la muerte. Le damos la vuelta como si al no hablarlo no fuera a suceder. Un tema que basta una vez que se hable con honestidad y apertura, nos brindara información necesaria para actuar cuando el momento de morir de un ser amado o de uno mismo llegué. Nos brindará la certeza de que posterior al momento de morir, llevaremos a cabo la voluntad de ese ser que ha trascendido a otro plano de la vida.
Hablar de la muerte con nuestros seres querido me resulta un acto de amor y de responsabilidad; reconocer la impermanencia y el ciclo natural de la vida. Valoro aquella tarde de otoño en la terraza de la casa donde me crie, escuchando las precisas instrucciones de mi madre sobre sus deseos de cómo proceder al momento de su muerte, con esa lucidez que admiré de ella y que la acompañó toda su vida. Hoy en día, sus cenizas habitan el océano pacífico ¿Tu has hablado con tus seres queridos sobre tus deseos posteriores a tu muerte?
“Lo Extraordinario de lo Cotidiano”, un espacio donde cada día es un motivo. A ti que me lees, valoro tu tiempo.
*Cachanilla de nacimiento, comunicóloga de profesión, amante del cuerpo por vocación. Crecí análoga, me convertí digital. Asesora en Comunicación, Redactora de Contenidos, Fotógrafa. Mi sitio: gladysvillalobos.wordpress.com/
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