Las Familias Felices

Por Rosa Chávez Cárdenas

Quiero iniciar con la pregunta ¿Qué es la felicidad? Por supuesto que tiene una variedad de respuestas. Estado de gran satisfacción espiritual y física. Los filósofos tienen diferentes opiniones. Aristóteles la relacionaba con el equilibrio y la armonía alcanzada mediante acciones encaminadas a la autorrealización. Epicuro sostenía que la felicidad implicaba la satisfacción de deseos y placeres. Los estoicos creían que se lograba dominando las pasiones y prescindiendo de comodidades que impidieran aceptar una existencia determinada. Leibniz, defensor del racionalismo, consideraba que la felicidad era la adecuación de la voluntad humana a la realidad.

La felicidad se encuadra en dos categorías: la hedónica, el disfrute de la vida y la otra es el bienestar “endemónico” proviene de Aristóteles, tiene que ver con la sensación de que la vida tiene sentido, lo que merece la pena. La felicidad es heterosexual, no hay diferencia de edad, ni de género, todos queremos algo de placer momentáneo y algo de sentido de la vida.

El eudemonismo es una corriente filosófica que define a la felicidad como el fin supremo del ser humano. Invita a buscar la felicidad a través de la virtud y el uso adecuado de la razón. Lo que llamamos felicidad depende de nuestras necesidades. Si vienes de una familia aburrida buscaras la emoción. La felicidad dependerá de las carencias. Si tienes una familia inestable, disfuncional lo que buscas es la estabilidad. El estudio de las familias felices, en 1939 iniciaron un estudio longitudinal, llevan 85 años, para observar que hacen las familias felices. Iniciaron con un grupo de 268 estudiantes de Harvard, entre ellos John F. Kennedy y otro grupo de 456 estudiantes de barrios marginados de Boston, le dieron seguimiento por décadas, llevaron a cabo estudios con resonancias cerebrales, observaron sus logros, sus miedos. El Psiquiatra Robert Waldinger es el cuarto director del proyecto. Las conclusiones no dejan de asombrarnos, no es el estatus, los estudios profesionales, los viajes, la riqueza. Los aspectos más importantes de la felicidad son los vínculos fuertes con otras personas, las relaciones de apego. Los amigos, los parientes aportan sensación de identidad, sentido de pertenencia al grupo, cumplen con la necesidad de confianza en sus allegados, un lugar seguro, la confianza de llamar para pedir ayuda en caso de enfermedad, acompañamiento y de un consejo.

Las relaciones cercanas fomentan la salud, protegen del estrés crónico (la lucha o la huida) Las hormonas del estrés incrementan la inflamación celular y también interfieren en la circulación del sistema cardiovascular. Cuando se comparte una situación dolorosa con una persona cercana, un terapeuta, un sacerdote, un pastor, el cuerpo se relaja. La gente que vive aislada, los introvertidos les cuesta volver al equilibrio, al punto de partida, permanecen en un estado basal con el cerebro en alerta a la expectativa de correr o pelear, lo que causa un estado de inflamación crónica y eso afectar los sistemas corporales, las arterias coronarias y a las articulaciones. Depender tanto de la tecnología nos está desconectando de lo esencial que es la conexión cercana. Los programas informáticos, el internet están diseñados para captar la atención por horas, mantenernos cautivos y ganar dinero solo por mirar.

Otros puntos vinculados a la felicidad: la generosidad, la curiosidad, la flexibilidad para adaptarnos, la calidez del afecto, la amabilidad, la empatía, la compasión. los encuentros amistosos, las tradiciones culturales y religiosas, la sororidad entre mujeres. En la actualidad las mascotas también son fuente de bienestar.

En resumen, la felicidad es un estado que varía según cada persona y sus circunstancias, pero en última instancia, todos buscamos encontrarla en nuestras vidas. 

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