Trigueros, pasto para demagogos
Al paso del tiempo hemos podido observar que, históricamente, los sistemas producto trigo han sido apetitoso pasto para los políticos demagogos.
Y es que, en el pasado no muy lejano, como ahora, los representantes dan la impresión de solo buscar reflectores u otro tipo de beneficios, elementos que en nada contribuyen a la solución de los productores.
Por ejemplo, en una época, no solo los electos integrantes del sistema, sino también algunos advenedizos, -algunos, no todos- presumían de las atenciones de la entonces diputada priista Nancy Guadalupe Sánchez Arredondo, boletos para viajar en avión, viáticos, hotel, vehículos y chofer, en la capital del país, pero ahora lo niega.
De ellos, hay quienes se aprontan, opinan y critican, colándose en los directivos -se enojan y calumnian cuando no logran hacerlo-, pero además buscan el apapacho de funcionarios, aun cuando ya no sean productores de trigo.
Cuando llegan a una representación, con el voto de unos cuanto que asisten a las convocatorias espurias -por falta de sustento legal-, consideran que son únicos y más cuando surgen comunicadores que les soplan el oído, asegurándoles que son lo máximo, los únicos limpios y auténticos.
Por si fuera poco, el hecho de que la alcaldesa, la gobernadora, los funcionarios de la Sader y de la SaderBC, o los diputados los escuchen y les ofrezcan, el cielo no tiene límites para ellos.
A los directivos del sistema también les hizo cosquillas el gusanito de la política, y Ricardo Muñoz Silva, al igual que Horacio Gómez Carranza, se muestrearon y hasta presumieron tener ofertas para contender como candidatos a diputados.
Muñoz Silva, como promotor de crédito resultó un fracaso, durante varios meses desvío la atención de agricultores con promesas de crédito y de compra de cosecha a supuestos precios que garantizaban buena rentabilidad, con rendimientos medios.
Pero la empresa financiera y la compradora, cuyas identidades siempre se guardaron en secreto, resultaron igual que los fantasiosos proyectos que el mentiroso economista y padrino de la Secretaría del Campo y Seguridad Alimentaria, Héctor Haros Encinas, en el gobierno de Jaime Bonilla Valdez.
Ahora Muñoz Silva encabeza una Unión “Producción y Progreso de Baja California AC”, desconociéndose estatutos, su autorización y registro, sin saber si se trata de un negocio particular o de unos cuantos, porque hasta donde sabemos, las asociaciones civiles no persiguen fines de lucro.
Pero se nos quedó en el tintero lo relacionado al apetitoso pasto de políticos.
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