Por Guadalupe Villalobos Guerrero
Al culminar este año desafiante para la agricultura, nos encontramos en diciembre, una época propicia para la reflexión y la celebración. A medida que compartimos estas líneas, no podemos ignorar los obstáculos que hemos enfrentado en el sector agropecuario a lo largo del 2023, marcado por la baja de precios en los cultivos y la incertidumbre que proyecta su sombra sobre el próximo año. Sin embargo, en medio de estas dificultades, quiero recordarles la importancia de encontrar motivos para celebrar y de hallar la luz en la oscuridad.
Me remonto a las sabias palabras de agricultores experimentados con los que tuve el privilegio de dialogar hace más de tres décadas, cuando ingresé al sector agropecuario. Ellos compartían la complejidad de la agricultura, pero también la convicción de que, con preparación, podemos dominarla. Describían la agricultura como una maestra que imparte lecciones valiosas, una por año, lamentablemente, ya que son 100 lecciones que no siempre tenemos la oportunidad de aprender en su totalidad.
En cada ciclo agrícola, nos enfrentamos a desafíos distintos: problemas en la siembra, plagas, cambios climáticos y, últimamente, aumentos en los costos de insumos y bajos precios de comercialización. Este 2023 nos ha sumido en una baja generalizada de precios en el sector agropecuario, y las perspectivas para el 2024 no parecen menos complicadas, con la falta de crédito y la incertidumbre de los mercados internacionales. ¿Cómo, entonces, desear una Feliz Navidad y un Próspero año 2024 con estos datos en mente?
En medio de la incertidumbre, los invito a hacer un recuento de las bendiciones que aún poseemos. La salud, la familia y la unidad son tesoros invaluables que merecen ser celebrados. En la mesa de la Cena de Navidad, rodeados de seres queridos, incluso unas simples tortillas de harina con una olla de frijoles se convierten en un manjar digno de celebrar.
En cuanto al futuro de la siembra, adoptemos la filosofía de aquellos viejos y sabios agricultores: mantengamos viva la esperanza. Visualicemos un cambio positivo en el panorama financiero y anticipemos el renacer productivo de la agricultura.
Hoy, en la víspera de Nochebuena, les deseo a cada uno de ustedes una celebración llena de amor, alegría y gratitud. Que en esta Navidad encontremos fuerza en la unión familiar y renovemos nuestra esperanza para el año 2024. No perdamos la fe, recordemos que, a pesar de los desafíos, siempre hay motivos para celebrar y dar gracias.
Cuando nos volvamos a preguntar «¿Qué hay que celebrar?», recordemos que la respuesta es «mucho». Lo primero que debemos agradecer es que estamos VIVOS.
Que el próximo año nos encuentre más fuertes, más unidos y llenos de determinación para superar cualquier obstáculo. ¡Feliz Navidad y un Próspero Año 2024 para todos!
Con esperanza y gratitud,
Guadalupe Villalobos Guerrero
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