Por Angélica Enciso L. | Periódico La Jornada
El sobreconcesionamiento de agua por parte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), que pasó de 2 mil concesiones en 1992 a 514 mil en 2020, priorizó los grandes intereses en detrimento de los bienes comunes, la integridad de los ecosistemas y el entramado social mismo, advirtió Pedro Moctezuma, secretario del Agua del gobierno del estado de México.
En febrero se tendrá que retomar la batalla por la promulgación de la ley general de aguas en el Congreso de la Unión, que ya lleva 11 años de retraso, y que reglamentará el derecho humano a este recurso, dijo en la presentación del libro El agua en nuestras manos, editado por el Fondo de Cultura Económica (FCE) y el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnología (Conahcyt).
En el libro, que compila movimientos locales y hace una radiografía de la crisis por este recurso desde que hace casi tres décadas se estableció la Ley de Aguas Nacionales, Moctezuma señaló que del Registro Público de Derechos de Agua (Repda) se eliminaron los derechos al agua, dotaciones y restituciones de los núcleos agrarios por decreto presidencial, a los que se les obligó a solicitar concesiones y además las pueden perder.
Advirtió que, sumado a ello, entre 2003 y 2018 el Estado aumentó la imposición de megaproyectos hidráulicos, como trasvases, megapresas, pozos ultraprofundos, desalinizadoras y acueductos, a la vez que generó políticas que alentaron la especulación inmobiliaria y agudizaron la saturación urbana en zonas sin disponibilidad hídrica.
Se benefició a las cerveceras en zonas desérticas, como es el caso de Constellation Brands en Mexicali, y se estimularon los agronegocios basados en monocultivos de exportación en zonas semiáridas de Chihuahua, Sonora, Baja California, y en Coahuila ha permitido a los grandes lecheros, en La Laguna, la sobrexplotación del subsuelo con el consecuente proceso de arsenización. La agroexportación absorbe 70 por ciento del volumen de agua dulce, precisó.
En este contexto, hay 41 millones de mexicanos sin acceso cotidiano al líquido y son 8.5 millones los que carecen de conexión de agua potable en su casa.
Este servicio es tan deficiente que en México orillan a la población a gastar parte importante de sus ingresos en agua embotellada de marcas trasnacionales, por miedo a enfermarse, expuso.
Se propició el auge de venta de agua embotellada y el país se ha convertido en el mayor consumidor per cápita de este producto, con este negocio se favoreció a Coca-Cola, PepsiCo y Nestlé con un gran costo para la gente, ya que el agua embotellada es entre 240 y 10 mil veces más cara que el agua de la llave.
En resumen, dijo, en el país se ha dado un avance consistente en la privatización y la construcción de megaobras hídricas, de la mano de la apropiación privada del agua para favorecer a distintas ramas agropecuarias, de industriales y de servicios, cuyos grupos corporativos han acumulado creciente poder político al amparo de la Ley de Aguas Nacionales.
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