Por Braulio Carbajal *
La producción de maíz amarillo de México continuará estancada en 2023 con escasas 3.5 millones de toneladas, revelan estimaciones del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), lo que implica que las compras al extranjero, especialmente a Estados Unidos continuarán creciendo al ritmo que lo hace la demanda en el país.
En México, el maíz amarillo es utilizado sobre todo por el sector ganadero como alimento para bovinos y por la industria para elaborar productos como almidón, endulzantes, frituras y hojuelas, entre otros.
Cada año, para satisfacer la demanda, México importa más de 17 millones de toneladas de maíz amarillo, en su mayoría transgénico y de Estados Unidos.
De acuerdo con datos del Banco de México (BdeM) en 2022, aproximadamente uno de cada tres dólares gastados en el extranjero en granos y oleaginosas fue para comprar maíz, pues de los 17 mil 700 millones de dólares que se desembolsaron, 5 mil 580 millones fueron para la importación del grano, principalmente amarillo.
México es autosuficiente en la producción de maíz blanco, que es el utilizado en la cadena masa-tortilla; sin embargo, carece de una industria de maíz amarillo.
En la última década, de acuerdo con datos del GCMA, la producción de México de maíz amarillo apenas se ha incrementado en un punto porcentual, pues en 2012 se registró la cosecha de 2.4 millones de toneladas, mientras este año se espera concluya en aproximadamente 3.5 millones de toneladas.
A inicios de este año la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural pronosticó que este año la producción de México de maíz amarillo aumentaría entre 2 y 2.5 millones de toneladas respecto a las 3.5 millones del año pasado; sin embargo, hace algunas semanas indicó que la producción sería de 3.6 millones de toneladas.
El esfuerzo de México para incrementar la producción de maíz amarillo se da en un momento en el que el gobierno ha prohibido las importaciones de grano genéticamente alterado, aunque sólo lo ha hecho para la elaboración de tortillas.
Lo anterior ha causado inconformidad en Estados Unidos, pues sólo en 2022 el negocio de exportar maíz amarillo a México representó ingresos históricos por poco más de 4 mil 900 millones de dólares, cifra que, de acuerdo con distintas previsiones, superará los 5 mil millones de dólares este año.
En 2020, el gobierno mexicano publicó un decreto en el que prohibía la importación de granos transgénicos, el cual en 2022 matizó señalando que la prohibición sólo aplicaba para el maíz destinado al de consumo humano, es decir, en la cadena masa y tortilla, dejando libre al sector agropecuario que lo usa como alimento de ganado y a la industria, que fabrica diferentes productos.
A raíz de lo anterior, los gobiernos de EU y Canadá comenzaron una disputa comercial solicitando a México argumentos científicos que demuestren los daños a la salud como consecuencia del consumo de maíz transgénico.
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