Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Lo extraordinario de lo cotidiano…

La suave firmeza 

Por Gladys Villalobos*

“El que trabaja con sus manos es un trabajador manual; el que lo hace con sus manos y su cabeza es un artesano, pero el que trabaja con manos, cabeza y corazón es un artista.” Lous Nizer, abogado y artista estadounidense.

Mi camino por el macramé me brinda más aprendizaje del que podría imaginar. Primero y visible es el manual, el producto terminado. Todo el proceso: una idea, o una solicitud específica, escoger materiales, establecer medidas, hacer un dibujo, sacar números sobre cantidad de material, horas, costo y ganancia. Una ficha técnica de cada pieza.

Luego viene el otro aprendizaje, el personal, la reflexión, las analogías con la vida.  Ese aprendizaje que no contemple al iniciar. Una de ellas, trabajar en el equilibrio de la suave firmeza; aprender a mediar la fuerza para obtener el resultado deseado, sin asfixiar (el nudo y la existencia) o soltar demasiado y con ello, perder la armonía en un diseño y el rumbo en la vida. Una analogía de la forma como nos relacionamos con nosotros mismos, con los demás y con nuestros sueños.

Otro más, poner todos los sentidos en lo que estamos haciendo, cuidar los detalles, resolver antes de avanzar. De lo contrario varias cosas se pueden presentar: dar por sentado que lo éstas haciendo bien, cuando tal vez estés actuando de forma automática. Avanzar y avanzar que cuando hagas una pausa y detectes un detalle a corregir, hayas avanzado tanto, que tengas que deshacer gran parte de lo avanzado para corregir y peor aún, que ya no se logre corregir o tenga una alteración considerable. 

Estoy hablando de un tapiz de macramé. Imagínate estos escenarios en las relaciones humanas, esas relaciones afectivas que nutren nuestra vida, que nos importan y su existencia hace una diferencia. Resolver los detalles antes de avanzar. Siempre he dicho que no hay perdida pequeña. Sumaria que por más pequeño que sea, todo detalle merece una pausa.

“El arte de hacer nudos” como se le conoce al macramé me ayuda a fortalecer mi paciencia, mi capacidad de observación, a respetar cada etapa de un proceso, me vuelve al arte de la planeación, una de mis debilidades personales en diferentes momentos de mi vida. 

El macramé me resulta una meditación en movimiento, en silencio o con música de fondo, siempre me conecta con la introspección y la quietud ¿En tu cotidianidad hay alguna actividad que te suma más allá de su fin último? Te leo con gusto.

“Lo Extraordinario de lo Cotidiano”, un espacio donde cada día es un motivo. A ti que me lees, valoro tu tiempo.

*Cachanilla de nacimiento, comunicóloga de profesión, amante del cuerpo por vocación. Crecí análoga, me convertí digital. Asesora en Comunicación, Redactora de Contenidos, Fotógrafa. Mi sitio: gladysvillalobos.wordpress.com/ 

About Author