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Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: 106 Aniversario

  • La democracia que no es libre se marchita y la libertad que no se ejerce se pierde; Mauricio Kuri
  • Como ley suprema, la Constitución es un inmenso y muy poderoso manto protector de certeza, de confianza, de seguridad y, sobre todo, de unión entre las y los mexicanos; ministra Norma Piña

SANTIAGO DE QUERETARO. – El presidente Andrés Manuel López Obrador, presidio el acto conmemorativo del 106 aniversario de la promulgación de la constitución de 1917 y tras hablar de los gobiernos neoliberales, pondero logros de la 4T y precisó:

“Debemos seguir luchando por los ideales de la Revolución mexicana consagrados en la Constitución de 1917. No dejar de insistir en abolir, por la vía legal y democrática, las reformas contrarias al interés público impuestas durante el periodo neoliberal.

“Continuar proponiendo cambios al marco legal en beneficio del pueblo hasta devolver a nuestra ley máxima toda la grandeza de su humanismo original”.

“La política es hacer historia, es transformar, y ello implica pugnar siempre por lo que es justo y parece imposible de alcanzar. Si no se lucha en forma sostenida por convertir los sueños en realidad, no hay práctica política que valga la pena ni transformación posible, ni diferencia sustancial entre la vida y la nada”.

“La Constitución de 1917 no ha muerto, vive en la transformación del México libre, justo, igualitario, democrático y fraterno de nuestros días”.

Al inicio, Mauricio Kuri González, gobernador de Querétaro, en su mensaje precisó: “Sean ustedes bienvenidos a Querétaro. Hoy que se dan cita los poderes constituidos del Estado mexicano, deseo reiterar ante la nación nuestro compromiso de guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y fortalecer el Estado de derecho.”

Antes había señalado: “El día de hoy celebramos el 106 aniversario de la promulgación de la Constitución de 1917 que funda al México moderno. Su redacción es el acto previo, formal e indispensable que encuentran los diversos grupos para cesar las hostilidades y la guerra. Para ello, adoptan un acuerdo explícito: someterse al Estado de derecho. 

“Quienes entonces pactan la paz no son solamente adversarios, son auténticos enemigos que se han enfrentado hasta la muerte. La lección central es: cuando la política falla la violencia estalla. Los mexicanos de hace un siglo olvidan su hermandad, su origen común, dejan de escucharse y pierden la sensatez, la solidaridad y la vida.

“En el constituyente esgrimen sus argumentos, confrontan sus visiones de país y desahogan sus agravios. En este histórico Teatro de la República, tras intensos debates los mexicanos llegamos a acuerdos y superamos posiciones extremas, logrando un consenso toral: todos por igual habremos que someternos a la ley.

“No hay momento ni lugar más oportuno que este para hacer una reflexión del espíritu que anima la Constitución, de su carácter supremo, de su vocación democrática y de su celo por la justicia social y la defensa de las libertades. 

“La Constitución es un documento con memoria histórica, pero también con visión de futuro. Es un texto revolucionario. Y lo es paradójicamente porque, además de introducir transformaciones radicales, no avasalla; concilia, retoma el espíritu soberano y libertario de los sentimientos de la nación, que es el Estado federal, y el disfrute de libertades de la Constitución de 1824, y el carácter laico del Estado y el reconocimiento de los derechos del hombre como base de las instituciones sociales de la Constitución del 57.

“Por ello, sobre el acuerdo hecho Constitución en 1917, descansa la fundación del Estado, cuyo poder público se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial, cuyas independencias garantizan la estabilidad y la gobernabilidad.

“El principio del fin de esa realidad se da aquí, cuando se acuerda que no habrá nadie por encima de la Constitución; tampoco admite, ni entonces ni hoy, atajos, planes o procedimientos legislativos para violentarla.

“La ley suprema lo es a pesar de la voluntad de quienes mandan, de los anhelos de las facciones o de las añoranzas de los poderes facticos. El blindaje de la supremacía constitucional reside en la soberanía popular, los poderes eligen y al hacerlo responden a quienes votaron libremente. Todos los servidores públicos somos mandatarios, quien manda es el ciudadano y expresa su voluntad en elecciones auténticas, libre y periódicas”.

“La democracia es la columna vertebral del México moderno, es el motor del sistema político y es la vida de las instituciones republicanas. La democracia es el sistema más elevado de expresión de las libertades políticas.

“No hay libertad sin democracia. Libertad y democracia han sido las más caras aspiraciones políticas de la sociedad mexicana. Por eso las y los ciudadanos demandaron protegerlas con una fórmula impecable, tenerlas bajo su custodia. Son las y los ciudadanos quienes organizan, operan y legitiman los procesos electorales”.

“Es verdad que tenemos rezagos históricos vergonzosos y muy lamentables, que no hemos sido capaces de resolver integralmente, que nos comprometen a trabajar por los más pobres con honradez y con eficiencia. En los años recientes se ha realizado un esfuerzo sin precedente para distribuir apoyos a los más necesitados, con ello pretendemos cumplir el otro anhelo que tutela nuestra Constitución: alcanzar un México más justo, igualitario y solidario. Eso debemos reconocérselo, señor presidente”.

“No ha habido, no hay y no habrá igualdad social sin libertad y pluralismo político. La democracia que no es libre se marchita. La libertad que no se ejerce se pierde.

“Celebrar la Constitución demanda principalmente respetarla. 

“Hoy es un muy buen día para hacer un ejercicio de memoria, pero también de imaginación colectiva; de reflexión, pero también de determinación y de compromiso.

“La memoria nos demanda recordar que la injusticia que imperaba en el México de 1910 no daba espacio para la oposición política ni para la renovación pacífica de los poderes. Esto se traduce en la proclama democrática ‘sufragio efectivo, no relección’.

“Los días que vivimos nos urgen a restablecer la convivencia pacífica y respetuosa como método para lograr el consenso, y el consenso como medio para la concordia y la armonía social, y la unidad de os mexicanos nos van a permitir conseguir mayores niveles de libertad, igualdad y justicia”.

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