Como pila de agua bendita
La sequía que padece la cuenca del rio Colorado y que afecta a unos 40 millones de usuarios en Estados Unidos y en Baja California, se ha convertido en el tema preferido de aquellos supuestos lideres, de estudiosos y de dueños de la verdad, para buscar reflectores hablando sin ton ni son de cuestiones que ellos consideran o los conocen de oídas, pero desconocen.
Han surgido diversos grupos con denominación de defensores del agua, lamentablemente sus defensas son en reuniones donde todo mundo opina, aduciendo tener derecho, pero lo hacen exponiendo sus consideraciones muy personales, pero sin argumentos técnicos y menos un análisis profundo de lo que ocurre en el entorno de la cuenca del Colorado.
Hemos escuchado acusaciones personales, al margen de la situación real de la sequía, pero los expositores han arrancado el aplauso, porque a la gente le gusta el pan y el circo, pronunciándose porque hay que linchar a alguien para ganar significación.
Los viejos decían que “para soltar la lengua hay que tener la cola corta”, lo que no ocurre en una buena parte de quienes a toda costa pretenden imponer criterios, utilizando a otros como parapeto, para tirar la piedra y esconder la mano, ah, pero si cuaja la jugada, salen al frente y se adjudican autoría.
Algún estudioso tuvo la osadía de afirmar que el Distrito de Riego tiene secuestrada a la ciudad, cuando Mexicali es superavitaria en disponibilidad de agua, aun cuando los organismos operadores, no solo de la capital, sino de todo el estado, son omisos al cuidado de la fuente de suministro de agua, como lo es la batería de los 64 pozos de la mesa arenosa, construidos dentro de los acuerdos del acta 242 que limita la extracción de agua del subsuelo y asigno volumen para las ciudades.
Lo que los usuarios agrícolas han solicitado es la coordinación de los organismos operadores, todos del gobierno del estado, para el suministro de los volúmenes disponibles, adicionales a las cuotas asignadas a cada ciudad, pero ello no implica que tengan injerencia en el manejo de la red mayor que por donde se conducen los volúmenes, aun cuando algunos funcionarios ignorantes hablen del agua agrícola.
El manejo del agua es complejo y mientras los usuarios no sean ordenados y congruentes entre lo que dicen van a siembra y lo que siembran, el agua en los módulos seguirá al garete y es que, careciendo de fuentes de financiamiento suficiente y oportuno, la incertidumbre de cumplimiento con las cedulas de cultivos continuará.
Lo que si es urgente es una revisión clara de los ingresos de los módulos y del Banco de Agua, por la transferencia de haga de los usuarios a los organismos operadores, definiendo los costos operativos y retribuyendo al usuario el remanente, pero el usuario tendrá que ser responsable de comunicar al módulo la disponibilidad del volumen para transferir, de lo contrario, el agua no se puede almacenar.
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