Los desafíos que planteó la pandemia del COVID-19 al comercio frutícola parecen un juego de niños frente a los problemas que surgen por el enfrentamiento bélico entre Rusia y Ucrania. Argentina es uno de los países más afectados, al enviar normalmente importantes volúmenes a Rusia
La guerra entre Rusia y Ucrania ha conmocionado al mundo. Los europeos y norteamericanos se ven identificados con Ucrania, por lo cual sienten lo que está sucediendo casi a propia piel. Independientemente del conflicto militar, lo que está cada vez más a la luz son las consecuencias que este conflicto trae en la economía, el comercio y las finanzas de todo el mundo. En un mundo globalizado un conflicto como este tiene consecuencias graves sobre todos los aspectos de la vida.
Rusia es el primer importador mundial de frutas templadas, ante las limitaciones climáticas que restringen la producción en el propio país. Está en primer lugar en manzanas, peras, naranjas, mandarinas, pomelos y en segundo lugar en limones y uvas. De estas frutas, importa casi 3 millones de toneladas. Dentro del hemisferio sur los principales proveedores son Argentina y Sudáfrica. En el 2020-21 Argentina envió 160.000 ton: 71.000 ton de peras, 41.000 de limones, 20.000 de mandarinas, 16.000 de naranjas, 9.500 de manzanas y 2.500 de uvas. Esto representa, según el caso, entre el 10 y 40% del total exportado por cada fruta. En este momento hay 11.000 toneladas de peras y manzanas en el agua, siendo un tercio de lo que se embarcó hasta el momento de la nueva campaña a ultramar. Los números muestran claramente la dependencia que tiene la exportación argentina de fruta fresca de Rusia.
1 – Efectos sobre la economía global
El primer efecto fue un incremento desmesurado de los precios del gas y petróleo, que han escalado a récords históricos. Pero, a medida que pasan los días, se ve que toda la economía y algunas actividades en especial se ven seriamente afectadas. Tal es el caso por ejemplo de la industria automotriz o del fertilizante.
El aumento del costo enérgico tendrá su mayor incidencia sobre las industrias para las cuales es un insumo esencial. También afectará el poder adquisitivo de la población y a los gobiernos, que tendrán que desembolsar más para energía, reduciéndose los fondos para otras actividades.
2 – Consumo de frutas
En Rusia se espera una fuerte caída del consumo de fruta, principalmente de la importada. Esto se debe a que el costo de la fruta se incrementó fuertemente como consecuencia de la devaluación del rublo, los problemas logísticos y el efecto del pánico de la población que trata de acaparrar mercadería ante la situación de incertidumbre. Según lo trascendido, los precios de las frutas en los supermercados rusos se han duplicado en un solo día.
También en los países vecinos se teme que ante los efectos de la guerra e incertidumbre afecten los ánimos del consumidor, es muy probable que no haya un gran entusiasmo por comprar fruta, menos para las más caras.
3 – Menores importaciones
Se espera una fuerte caída de las importaciones de frutas de Rusia ante la conjunción de: restricciones impuestas por la mayoría de los países del hemisferio norte, el derrumbe del rublo, las dificultades de cobranza y los problemas logísticos. Pero esta reducción de importaciones será diferente según país y relación política de cada uno. Por ejemplo, Rusia el 01.01 volvió a permitir la importación de manzanas y peras de China. Turquía también es un gran proveedor de frutas y hortalizas a pesar de los conflictos que tuvo en años previos.
4 – Problemas logísticos
Las principales navieras (MSC, Ocean Network Express, Hapag Lloyd, Maerks) han decidido suspender temporalmente el envío de contenedores a Rusia.
Esto llevó a que la semana pasada la mayor parte de los contenedores con destino a Rusia quedó bloqueada en Rotterdam u otros puertos. Luego se revocó la decisión priorizándose el envío de carga perecedera. Pero, muchos de estos envíos se suspendieron y se descargaron, tratando de ubicarse la mercadería dentro de Europa.
5 – Devaluación del rublo
Día a día se devalúa y aún no se prevé cuándo llegará a su piso.
6 – Problemas de cobranzas
Al excluirse varios bancos del sistema Swift surge un gran problema de cómo se harán los pagos. Aunque existen vías alternativas, estás serán complicadas, caras y llevará un tiempo implementarlas. A pesar que las grandes cadenas han enviado cartas a sus proveedores asegurando el envío del dinero, nadie puede actualmente estar seguro de recibir el pago. Las aseguradoras de crédito han retirado su cobertura. Otro factor que desalienta a los exportadores es el derrumbe del rublo, por lo cual hay temor que el comercio sea económicamente sostenible o resulte en importantes pérdidas.
Según algunos exportadores solo enviarán fruta a Rusia si tienen la cobranza asegurada, pero la gran incógnita está con la fruta que está en agua… si esta logrará ingresar Rusia, o si se llegará a cobrar correctamente.
7 – Excepciones a la condena y restricciones económicas
Bielorrusia y Serbia fueron los dos países europeos que no condenaron a Rusia por la invasión a Ucrania. La respuesta de Rusia fue inmediata. A Serbia se le levantó el 01.03 el embargo al envío de fruta a Rusia, que se había dictaminado el 01.01. Por lo cual tiene nuevamente permitido enviar camiones a través de Bielorrusia para abastecer al mercado ruso con sus manzanas.
Si bien Argentina condenó oficialmente al ingreso de las tropas rusas a Ucrania, todavía no se adhirió a las sanciones económicas que está aplicando el Occidente a Rusia.
Los desafíos planteados son múltiples, sin que nadie pueda dar en este momento un panorama claro de la situación. Se están viviendo momentos de gran incertidumbre y constantes cambios. Por lo cual, solo se puede hacer un borrador de los posibles escenarios. Pero lo que queda claro, es que, así como el mundo post-pandemia ya no es el de antes; tampoco lo será la posguerra y esperemos que esta llegue lo antes posible.
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