Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

A un año de que el ferrocarril Inter-California iniciara actividades en Mexicali

Funcionó durante 50 años, de agosto de 1909 a marzo de 1959, recorriendo la ruta Mexicali–Los Algodones. Primordialmente era un tren de pasajeros que cruzaba la parte norte del Valle, colindante a la línea fronteriza con Estados Unidos, a través de 18 estaciones ferroviarias: Mexicali, Packard, Ampac, Palaco, Pascualitos, Sesbania, Casey, Cucapa, Pólvora, Hechicera, Burdick, Volcano, Bataques, Tecolotes, Paredones, Cuervos, Dieguinos, Algodones, para luego interconectarse con Yuma. 

En un Valle de Mexicali donde no existían caminos, durante mucho tiempo fue la columna vertebral y el conducto más rápido por donde se movía la gente del Valle hacia la ciudad para abastecerse de insumos, transportar productos o para satisfacer sus necesidades más apremiantes. 

El Pachuco, para el puñado de hombres y mujeres que aún pueden testimoniar su existencia, fue un tren emblemático. El peso del “El Pachuco” es reconocible dentro de la memoria colectiva de la gente del Valle, cuando escuchas a los jóvenes platicar sobre sus andanzas como si aún existiera. La noción de su presencia forma parte de una especie de tradición oral que ha pasado de padres a hijos contando su historia, sus anécdotas. Ahí caes en cuenta que “El Pachuco” ha sido parte importante de sus vidas. En un mundo de solitud como fue el de Baja California, rodeado por un desierto y un Océano cuán más de inmensos.

 “El Pachuco” dio sus primeros signos de vida el 6 de mayo de 1904, al momento en que el gobierno mexicano firmaba con los gringos un contrato para la construcción de una vía que comunicara a Mexicali con Los Algodones, y que de ahí partiera hacia intersección Araz para ir a dar a Yuma, Arizona y luego partir hacia Los Ángeles, California. 

Y es que desde 1901 en que empezó la explotación agrícola de Valle Imperial, los productores de ahí enfrentaros serios problemas para la transportación masiva de insumos para el campo y sacar la producción hacia los lugares de destino. Ya sea para una cosa u otra, había que ir y venir, a lomo de mula o en diligencias, con los cargamentos desde el condado de Imperial hasta Flowing Wells (un punto cercano al poblado de Indio). Para eso crearon la compañía Imperial & Gulf Railroad, con el fin de construir un ramal que atravesara el Valle Imperial hasta Calexico. 

El otro problema por resolver fue cómo llegar a Yuma esquivando las enormes dunas de Los Algodones que se interponían al levantamiento de las vías. Encontraron la solución construyendo un ferrocarril por México que atravesase el Valle de Mexicali por el lado norte, llamándolo FFCC Inter-California. Para eso, la Southern Pacific antes adquirió la Imperial & Gulf Railroad, al tiempo que, en 1904, la Sociedad de Irrigación y Terrenos de la Baja California adquiría de la Compañía de Terrenos de Río Colorado, una fracción de 4 560 hectáreas que serían transferidos a la compañía ferroviaria Inter-California. 

Con las inundaciones de 1905 y 1906, se suspendieron los trabajos de construcción del Ferrocarril Inter-California, entrando en funcionamiento para el público hasta agosto de 1909. Así se conformó este tren mixto (de pasaje y carga), con una corrida diaria, por donde los usuarios podían desplazarse, llevando sus productos. Por obvias razones, inicialmente este ferrocarril fue apodado “El Chinero”, y después de la Segunda Guerra Mundial, en la década de los cuarenta, fue conocido con el mote de “El Pachuco”. 

El Inter-California fue perdiendo importancia, reduciendo el volumen de carga y pasajeros, en la medida que el gobierno mexicano empezó abrir caminos a través del Valle de Mexicali. Al grado que, para la década de los cincuenta, “El Pachuco” sólo realizaba una corrida semanal todos los miércoles. 

Eso no dista de que, “El Pachuco”, haya servido alrededor de 50 años, como una especie de “Gran Vía”, para los mexicalenses tan importante como la de Madrid para los madrileños, al conectar a la cabecera municipal con un mundo de villorrios y ranchos dispersos situados en un desierto, en medio de la nada.

Autor: Roberto Elenes. Publicado por Comunidad Mexicana

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