Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Lo extraordinario de lo cotidiano

Lo no esencial

Por Gladys Villalobos*

“El se enamoró de sus flores, no de sus raíces. En otoño no supo que hacer”. Esta frase llama mi atención y plasma una realidad posible en las relaciones humanas. La comparto para una reflexión personal.

Veo en el otoño analogías de vida que para mí han llevado tiempo y un proceso de evolución incorporar y sostener con convicción. El otoño es un ejemplo de dejar ir sin temor y con la confianza de vivir los ciclos. Me da el ejemplo de desaprender y desaprenderme de todo lo que no es esencial o bien, lo que necesita renovarse. Dice un refrán “renovarse o morir”. La naturaleza no se equivoca.

¿Cuánto no esencial ocupa espacio en nosotros? Material, emocional, cultural, creencias, prejuicios, pensamientos limitantes, historias que no nos pertenecen, realidades de mi pasado que ya no embonan en mi presente. La pandemia que aún no acaba ha puesto a prueba nuestra capacidad de adaptarnos y sin duda, de renovarnos. Nuevas formas de disfrutar, nuevas maneras de hacer las cosas, nuevos hábitos convenientes para todos. Nuevas maneras de comunicarnos y de habitar el cotidiano.

El otoño nos invita a soltar lo que ya no necesitamos, desapegarnos de las formas de ser que ya no dan el fruto deseado, nos invita a la introspección, a la calma interior y prepararnos para empezar de nuevo. Imagina que los árboles no soltarán sus hojas secas, no abría una primavera, no habría verdor, resplandor, ni flores. Eso mismo sucede con todos los seres vivos y los humanos somos parte de esa categoría.

En la filosofía china, el otoño es una estación yin, que tiende a lo receptivo, a la intuición y a la interiorización. La savia de los árboles se retira de las hojas y ramas y vuelve hacia las raíces. Los animales disminuyen su actividad. Anochece cada vez más temprano y poco a poco vuelve el frío.

Conectemos con la sabiduría de nuestros antepasados que regían su vida y sus decisiones por los ciclos de vida de la naturaleza o por lo que veían en el cielo. Esa sabiduría que habita en nosotros. Con humildad podremos apreciar las señales que la naturaleza nos pone frente a los ojos ¿cómo sería nuestra vida si lográramos igualarla con los ciclos de la naturaleza?  

Desde hace algunos años intento incluir en mi alimentación la fruta “de temporada”. Si eso es lo que la naturaleza nos da, tal vez sea porque es lo que nuestro cuerpo necesita. En algún momento escuche este consejo también para fines de la economía doméstica. Flexibilizar nuestros hábitos de compra se verá reflejado también en tu bolsillo ¿lo notas?

Ya transcurrieron doce meses desde que llegue a esta nueva casa, a la par con la llegada del otoño. Recuerdo uno de mis deseos: sostener la energía de desaprenderme de lo no esencial. Trabajo en ello, día con día. Este hogar me ha dado nuevas lecciones y anécdotas dignas de compartir. 

“Lo Extraordinario de lo Cotidiano”, un espacio donde cada día es un motivo. Valoro tu tiempo.

*Cachanilla de nacimiento, comunicóloga de profesión, amante del cuerpo por vocación. Crecí análoga, me convertí digital. Asesora en Comunicación, Redactora de Contenidos, Fotógrafa. Mi sitio: gladysvillalobos.wordpress.com/ 

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