Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Editorial…

De esperanza a intolerancia

En sus respectivas campañas electorales, tanto el presidente Andrés Manuel López Obrador como Jaime Bonillo Valdez alentaron la esperanza de un nuevo horizonte para el desarrollo del país y del estado, hablaron de honestidad, de combate a la corrupción, de castigar a quienes lucraron con el dinero público, de apoyo al campo para su desarrollo económico y el mejoramiento de las condiciones de vida de la familia rural.

A cerca de tres años de Lopez Obrador y a casi dos de Bonilla Valdez, todo se derrumbó al caer los dos en la intolerancia, despotricando y acusando sin razón alguna en contra de todo lo que no sea congruente con sus formas de pensar y de actuar.

En el caso del presidente, siempre que oculta o niega hechos, él tiene otros datos, pero no los revela y de buenas a primera culpa a los neoliberales de ser los promotores de cualquier cuestionamiento, pero nunca acepta su responsabilidad directa, o por omisión.

Bonilla Valdez es un mal reflejo del comportamiento presidencial, con el agravante de que, el doctor en derecho, Amador Rodriguez Lozano, que le embarca con una serie de iniciativas y propuestas que, al llegar al ámbito de la justicia federal le dan palo y se queda con la rabia de la impotencia ante la inoperancia de su objetivo.   

La ofuscación y animadversión del gobernador al Mexicali, capital de Baja California, fueron ocultadas durante su campaña de proselitismo, porque lo único que le interesaba era el sufragio de los electores de la ciudad, el valle y San Felipe.

Después del triunfo se olvidó de los planteamientos y de las posibles soluciones a los problemas de la actividad agrícola y pecuaria, pero, además a sugerencia del economista y exganadero sonorense, Hector Haros Encinas, cambio de nombre a la Secretaria de Desarrollo Agropecuario, para denominarla como Secretaria del Campo y Seguridad Alimentaria.

El cambio de nombre no hizo el milagro por la incapacidad de su titular para convencer a los diputados de destinarle mayores recursos, lo presupuestado apenas cubre la nómina operativa, sin resultado alguno para mejorar la producción agropecuaria.  

A nivel nacional, el presidente trabaja para dividir a los mexicanos entre chairos y fifís, pero la delincuencia, la inseguridad y el estancamiento económico aumentan.

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