Además de la presencia de enfermedades en los suelos del valle de Mexicali, los cultivos, cómo el trigo, acusan la presencia de malezas, cómo se observa en esta fotografía de Rafael Pérez Limón.
- Ha faltado asesoría y acompañamiento técnico
- Extensionistas dedicados a promover productos
- Habilitadores no cubren asistencia técnica
- SCSA solo presume en información oficial
- Lo mismo hace la representación de la Sader
- CESV una costosa figura decorativa
- Fungosidad, virosis y bacterias en suelos
- Afecta rendimientos en las cosechas
- Ausencia de rectoría agrava el problema
Por César Villalobos López
MEXICALI. – Desde a mediados del gobierno de Francisco “Kiko” Vega de Lamadrid, cuando se aposto por la innovación tecnológica, con un centro de investigación que se convirtió en elefante blanco construido a muy alto costo, en los terrenos más malos y que ahora presume el gobierno de Jaime Bonilla Valdez, como logro, cuando antes lo repudiaba, el valle de Mexicali entró en decadencia productiva.
Además, año con año, los suelos han sido afectados por una serie de enfermedades del suelo, ante la soslayada mirada de los titulares de la Secretaria del Campo y Seguridad Alimentaria, de la representación de la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Social y de los directivos del Comité Estatal de Sanidad Vegetal, afectando los rendimientos de las cosechas.
El principal problema que se viene acrecentando ciclo con ciclo es la proliferación de hectáreas cultivadas con algodonero y quedan sin desvares una buena parte y otras tantas sin barbecho, a grado tal de la presencia de soca, hospedera de plagas que ponen en peligro la erradicación de diversas plagas en el cultivo de la fibra blanca, así como la presencia de piojo harinero.
Aunado a esa situación, los productores de algodón han carecido de apoyos para la compra de coberturas de precios a futuro, se quejan de una deficiente clasificación mecánica en un laboratorio particular avalado por la Secretaria del Campo y Seguridad Alimentaria, mismo que se busca cambiar a las instalaciones del elefante blanco.
La aplicación de altos descuentos por diferenciales en los grados de calidad, más el cobro de una intermediación, por parte del comprador o del despepitador que liquida, son otro lastre para los productores de algodón, quienes tienen, en algunas zonas del valle la presencia de enfermedades en el suelo que reducen los rendimientos.
Adicionalmente a lo anterior, la protección del gobierno federal a Monsanto, hoy Bayer, para que mantenga el monopolio de la importación y venta de semilla de algodón que, en los últimos años ha desmerecido en su calidad y germinación, con alto precio, es otro factor negativo.
Los algodoneros mexicanos, al igual que todos los productores agrícolas están en desventaja con sus homólogos estadounidenses, por los diferenciales de precios en los insumos como el diésel, los herbicidas, fertilizantes, entre otros, eso sin incluir los apoyos del gobierno norteamericano para seguros y bajos intereses.
A lo largo de los gobiernos del presidente Andrés Manuel Lopez Obrador y de Jaime Bonilla Valdez, funcionarios de sus gobiernos, incluyendo al Delegado Federal Único, Jesús Alejandro Ruiz Uribe, han tenido una serie de reuniones con diversos grupos de productores encabezados por supuestos líderes que divergen en sus planteamientos, pero solo han dado promesas que no han aterrizado.
Entre los principales problemas esta la cartera vencida, tema que, en campaña, Bonilla Valdez ofreció resolver a priori, sin conocer a fondo el historial del impago, en ocasiones por malas producciones, bajos precios y otros, los de mayor cuantía por corrupción.
En esto de las carteras, el titular de la Secretaria del Campo y Seguridad Alimentaria, Héctor Haros Encinas ha declarado que diseño un programa de restructura a través del Fogabc, con recursos de Financiera Rural, pero ha quedado trunco por la falta de liquidez y de garantías de los deudores que buscan un traje a la medida.
Recientemente, tras una reunión con representantes de grandes deudores, el senador José Narro Céspedes, presidente de la Comisión de Agricultura del Senado de la Republica, reculo en su visión de hace cerca de dos años, cando se pronunció por el tratamiento de la cartea en forma casuística, mientras que ahora, al vapor de la campaña política de Marina del Pilar Avila Olmedo que busca el gobierno de Baja California, ahora si está de acuerdo en el “borrón y cuenta nueva”.
Como consecuencia de esta situación, una buena parte de los usuarios del agua que no han logrado créditos para la explotación agrícola han rentados sus derechos de riego para transferirlos a otros usuarios que requieran volumen adicional su dotación, para cultivos de alfalfa, hortalizas y algodón, entre otros, pero además se ha puesto a disponibilidad de volúmenes para su bombeo por el acueducto Rio Colorado Tijuana, para satisfacer demanda de la industria, el comercio, los servicios y usos dementicos en la costa.
En los momentos actuales, en zonas con tierras de buena calidad, desde el punto de vista de fertilidad, se observan los efectos del abandono de las autoridades y la ausencia de rectoría, en grandes manchones de trigo afectado por enfermedades fungosas o virosis en suelo.
La próxima administración estatal tendrá que hacer un análisis profundo de la situación para dar forma a un proyecto de ordenamiento y recuperación de suelos, con asistencia técnica profesional, eliminando vendedores de agroquímicos, con personas que se enloden las botas y suden la camiseta, con un plan sexenal que tome en consideración todos los elementos que afectan al campo, pero además que se canalicen los recursos económicos necesarios y sea como hasta ahora, presunción de presupuesto, pero apenas alcanza para la nómina.
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