Por Beatriz Pascual Macías
Washington, (EFE).- La cadena del suministro de comida, y especialmente el de carne en EE.UU., está mostrando signos de debilidad con el cierre de plantas procesadoras, como la de la empresa cárnica JBS en Greeley (Colorado), donde un trabajador hispano de 78 años ha perdido la vida por el coronavirus.
La Consumer Brands Association (CBA), el grupo que aglutina a las compañías alimenticias de EE.UU., ha hecho sonar las alarmas y este martes pidió al Gobierno que actúe para asegurarse de que los trabajadores estén protegidos y puedan seguir abasteciendo los supermercados del país.
“EE.UU. no se está quedando sin productos. Pero las estanterías vacías revelan que la cadena de suministro está bajo presión y el Gobierno y la industria deben resolverlo juntos”, aseveró en Twitter el grupo, que representa entre otros a gigantes como Nestlé o Campbell Soup.
Por su parte, sindicatos y organizaciones defensoras de migrantes han denunciado que empresas procesadoras de carne, como JBS USA (subsidiaria de la compañía del mismo nombre en Brasil) están poniendo en peligro la vida de los trabajadores porque están hacinados y carecen de mascarillas o guantes.
LA MUERTE DE TRABAJADORES DE PLANTAS DE CARNE
De hecho, el virus se cobró la vida la semana pasada de Saúl Sánchez, de 78 años y que durante tres décadas trabajó en la planta de JBS en Greeley (Colorado), denunció te martes su hija Beatriz Rangel en una conferencia de prensa.
“Vamos a enterrar a mi padre mañana, ha sido muy duro”, manifestó Rangel, que acusó a JBS de no “haber hecho nada” para proteger a su padre, que por su edad era población de riesgo.
Rangel denunció que los trabajadores no tenían equipos para protegerse y aseguró que, una vez que su padre dio positivo por coronavirus, avisó a JBS para alertarles y que pudieran tomar medidas para ayudar al resto de trabajadores, pero no obtuvo ningún tipo de respuesta.
En total, el virus ha matado a tres personas que trabajaban para JBS o para Tyson Foods, uno de los principales productores de carne de EE.UU., de acuerdo a datos difundidos este martes por la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (Lulac), un grupo defensor de los migrantes.
LOS CIERRES EN LA INDUSTRIA CÁRNICA AFECTAN A LA ECONOMÍA LOCAL
JBS no ha hecho ningún comentario sobre la muerte de Sánchez, pero este lunes anunció que había decidido clausurar hasta el 24 de abril su planta en Greeley debido a que, el condado de Weld, donde está ubicada, ya ha registrado 740 contagios por coronavirus.
“Nuestra planta de vacuno en Greeley es de crítica importancia para la cadena de suministro de comida de EE.UU. y para los productores locales, pero el contagio del coronavirus en el condado de Weld exige que tomemos acciones decisivas”, dijo en un comunicado el consejero delegado de JBS USA, André Nogueira.
Weld depende económicamente de la planta de JBS, ya que emplea directamente a 6.000 personas, el 2% de la población total del condado, y además genera un gran número de puestos de trabajo de manera indirecta.
Ejemplo de ello son los ganaderos, que ahora no tendrán ningún lugar adonde enviar a sus animales para que sean sacrificados.
EL SUMINISTRO DE CARNE AL “LÍMITE”
En total, al menos 12 compañías cárnicas han anunciado el cierre de algunas de sus instalaciones en Estados Unidos.
Uno de los más sonados ha sido el de la planta procesadora de Smithfield en Sioux Falls (Dakota del Sur), responsable del 5 % del cerdo que se consume en todo el país y donde 300 de sus 3.700 empleados han dado positivo por coronavirus.
En un comunicado, el consejero delegado de Smithfield, Kenneth Sullivan, aseguró este lunes que el cierre de la planta de Sioux Falls y la clausura de otras instalaciones cárnicas está colocando a EE.UU. “peligrosamente cerca del límite en términos de suministro de carne”, lo que podría desembocar en estanterías vacías en los supermercados.
“Es imposible mantener nuestras tiendas abastecidas si nuestras plantas no están funcionado”, avisó Sullivan.
La interrupción del suministro de carne podría tener un gran impacto en la vida de EE.UU., uno de los países del mundo donde más carne se consume.
De media, los estadounidenses ingieren al año unos 120 kilos de carne, por encima de España (118 kilos al año) o Uruguay (98 al año), según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
EE.UU. lidera el número de contagios a nivel global de COVID-19 con casi 600.000 casos detectados y 25.239 fallecidos, según los últimos datos de la Universidad Johns Hopkins. EFE
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