Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Colorido desfile de alebrijes en CDMX

  • Más de 200 desfilaron por el Centro Histórico
  • Inicio formal de festividades por el Día de Muertos

EFE

CIUDAD DE MÉXICO. – “Es tierra y agua, es una unión de las dos”, dice Olivia Luna, antes de prevenir a los espectadores, compañeros e incautos sobre el enorme monstruo de cartón brillante y multicolor que dará una vuelta entera sobre la Avenida Juárez, frente al Palacio de Bellas Artes.

“Masmut”, de colmillos y trompa cortos, pero con antenas largas; lleno de referencias terrestres en la parte superior del grueso torso y, al mismo tiempo, aguamarino y ligero en las grupas escamadas que sostienen dos patas de sierra terminadas en punta, hace los 360 grados azuzado por el aplauso del público.

Es uno de los 231 alebrijes que hicieron el recorrido entre el Zócalo capitalino y la Columna de la Independencia, sobre el Paseo de la Reforma, hacia donde partieron a las 12:00 horas de este sábado como parte del Desfile de Alebrijes Monumentales organizado por el Museo de Arte Popular (MAP).

Con nombres como Ajolotebrije, Mingo Vingo, Nocturna, Xipe o Mata León, las monumentales piezas de cartonería avanzaron sobre calles del Centro en medio de la algarabía provocada por miles de espectadores, comparsas de danzantes, bandas de guerra y grupos de baile.

De acuerdo con las autoridades, 44 mil personas se congregaron a lo largo del paseo, con el que dieron inicio los festejos en torno al Día de Muertos, que incluirá tres desfiles más hasta llegar al Desfile Monumental de Muertos, el 1 de noviembre.

En tanto, acompañan a los contingentes las danzas de chinelos y tecuanes, caballeros y magos inspirados en la obra de Tolkien, brass-bands de esqueletos y sinaloenses; un mosaico variado, aunque no tanto como la serie de piezas de vertebrados (fauces, garras y orejas) y artrópodos (pinzas, alas y antenas) que conforman a cada uno de los animales fantásticos.

Hay algo que hace destacar a “Masmut”, en principio imperceptible, pero conforme avanza el día más y más notorio: al lomo del mastodonte lo cubren una serie de celdas solares que encienden las luces de sus escamas y hasta la música tradicional que emite desde su cuerpo hueco.

“Dentro de lo innovador, además de conjuntar la cultura y la tecnología, es un alebrije que está hecho a base de celdas solares que lo alimentarán durante la noche para que pueda estar iluminado de manera automática con luces LED. Es el primer alebrije autónomo”, describe Adrián Sotelo, de la empresa Master Electrónicos.

Junto con artesanos aprendices de Pedro Linares –inventor de los alebrijes–, los expertos de Master concluyeron a “Masmut” en cinco meses y, ahora, satisfechos y cansados, lo presumen por las vialidades.

“¡Aguas, aguas! ¡Quítense!”, grita Olivia para que le abran espacio al elefante con cola de pez y patas de grillo. “Toda la noche estuvo para la carga y trae una alimentación autónoma”, destaca.

Además, este año el desfile esconde otra particularidad: en compañía de uno de los descendientes de Linares, la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México anunció la Declaratoria del Alebrije como Patrimonio Cultural de la Ciudad de México

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