Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Editorial…

Estatus fitosanitario

Funcionarios del gobierno federal han hecho mucho énfasis en la necesidad de mantener la sanidad Fito y zoosanitaria, para protección de la planta productiva de México y mantener condiciones de competitividad en los mercados del mundo.  

Llama la atención de como el titular de la Secretaria de Agricultura ha realizado negociaciones con sus homólogos de Centro y Sud América para conservar el estatus sanitario en la frontera sur de nuestro país.

Y es precisamente en la frontera sur donde los pequeños y medianos ganaderos sufren el embate de los grandes, con las compras de ganado en países carentes de las normas necesarias para garantizar la sanidad de los animales. 

Al igual que los seres humanos, los bovinos son objeto de nacionalización, pero sin ningún trámite oficial, salvo la complicidad de los funcionarios de las autoridades de la llamada Senasica y la complicidad de directivos de las Uniones Ganaderas de los estados donde se hace la colocación de aretes.

De que han servido la supuesta identificación de los aretes, si no hay datos que garanticen la trazabilidad de cada animal.

Un diputado federal de Durango o de Chihuahua, denuncio la internación de un millón de bovinos procedentes de Centro y Sus América y tras las argucias de nacionalización se comercializaron en las Plantas Tipo Inspección Federal, afectando los precios de venta de los ganaderos mexicanos.

Es por ello que nos llamó la atención una información de la Secretaria de Desarrollo Agropecuario de Baja California, sobre una reunión del gobernador Francisco Vega de Lamadrid, con funcionarios del estado de Sonora “para facilitar la movilización del ganado bovino en pie, con destino a las engordas de Mexicali”.

De siempre los engordadores, ahora propietarios de los rastros TIF o plantas Tipo Inspección Federal, que son lo mismo, han pretendido que los ganaderos de Sonora disminuyan sus exigencias en el control del ganado que pasa por su territorio y atiendan la documentación que ampara los embarques en tránsito.

Pero los ganaderos de Sonora saben y conocen la serie de trastupijes de los inspectores de la Senasica y es por ello que no confían en los documentos y prefieren continuar con los baños garrapaticidas, para garantizar su estatus sanitario.

El problema principal de nuestros bajacalifornianos engordadores es el costo que representa el manejo del ganado y en ocasiones la cuarentena, cuando se encuentra ganado con garrapata.

Al mismo tiempo, los funcionarios de la Sedagro les facilitan la introducción de ganado sin el cumplimiento de las guías y es que, al no existir vigilancia en las casetas de acceso al estado, ni volantas, se despachan con la cuchara grande y todos contentos.

Y la Unión Ganadera del Estado, cómplice, como sus homologas de los estados de la frontera sur.

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