Funcionarios de Conagua y del CESVBC en burbujas
Por César Villalobos López
En muchas de las ocasiones los funcionarios de primer nivel, como directores, alcaldes, el gobernador y hasta el propio presidente de la república, pagan las penas por la ineficiencia de sus colaboradores que, en un exceso de que consideran el cumplimiento de su deber, les encierran en una impenetrable burbuja.
Esto suele suceder a los cambios de administración, cuando los que están quieren quedarse, en ocasiones sobresaliendo en el suministro de información y en otras creándoles una distorsionada imagen de lo que encontrarán en el trato con los medios, de los cuales aíslan.
Actualmente tenemos dos casos que pudieran encajar perfectamente en lo que mencionamos y se trata del ingeniero Rafael Sáenz Ramos, sustituto de José Alejandro Cervantes Beltrán, quien, desde enero de 2016, quien a su vez relevó al polifacético Eduardo Ledesma Romo, mejor conocido como “El Pochongo”.
Luego de su designación, solicitamos información, al tiempo de un espacio para una entrevista. En la oficina de comunicación se nos indicó que se había pasado nuestra petición a la dirección.
Posteriormente, por conducto de Carlos Martinez hicimos la misma solicitud, indicándosenos que había una larga lista de personas que le querían felicitar y otros conocer, pero insistimos, nosotros queremos entrevistarlo.
A la fecha, no hemos tenido respuesta alguna.
Otro caso es el de Felipe Ruiz Esparza, presidente electo del Comité Estatal de Sanidad Vegetal, de quien hemos solicitado una entrevista por conducto de Marco Roche Iribe, hermano del gerente del organismo que, por falta de presupuesto canceló la operación del laboratorio y compro una camioneta Tahoe de lujo para su servicio.
Más tarde se nos solicitó información sobre el tema de la entrevista, respondiendo que se trata de tremas generales relacionados con la operación del Comité.
Tampoco hemos logrado la concreción de esa entrevista.
En el caso de Alejandro Cervantes Beltrán entendíamos que, como gente de David Korenfeld, por lealtad al patrón, no a la institución, tuvo que solapar la corrupción de su antecesor y hasta permitir que el presidente Enrique Peña Nieto inaugurar un monumento a la corrupción, el canal 4 de abril, pero, ¿y el ingeniero Sáenz Ramos?
No desconocemos que el gobierno de Baja California permaneció omiso y mudo ante los reclamos y señalamientos de corrupción en la Comisión Nacional del Agua, de parte de los constructores locales.
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