Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

La felicidad determinada por el sistema bioquímico

Por Rosa Chávez Cárdenas

La ciencia dice que nadie alcanza la felicidad ganando la lotería, consiguiendo un ascenso o por el enamoramiento. La gente se vuelve feliz por las sensaciones placenteras en su cuerpo. El placer viene del exterior y estimula las hormonas: una buena noticia, ver al amado, en una celebración, entre otros, los escalofríos recorren la columna vertebral, oleadas de electricidad surcan el cuerpo, hasta sienten mariposas en el estómago. El inconveniente es que las sensaciones placenteras no duran mucho tiempo. En la evolución, el sistema bioquímico se adaptó a incrementar las probabilidades de supervivencia y reproducción, no a la felicidad.

La bioquímica de la felicidad muestra como los neurotransmisores y hormonas influyen en las emociones y en el bienestar en general. De manera frecuente escuchamos de los neurotransmisores, hormonas que son la clave para el estado de ánimo y el placer de la vida cotidiana: la Serotonina, la Dopamina, las endorfinas y la Oxitocina.

La Serotonina es conocida como la hormona de la atención y la felicidad, sus funciones es regular el estado de ánimo, el sueño, el apetito, la memoria y la atención. Los niveles altos están asociados con la ansiedad y los trastornos obsesivos compulsivos. Los niveles adecuados de este bioquímico están asociados con la sensación de bienestar, abajo del nivel contribuyen a los trastornos del estado de ánimo como la apatía, la anhedonia, la depresión y la alexitimia.

La Dopamina, está asociada con el placer y la recompensa, se libera en respuesta a actividades placenteras como el enamoramiento, la intimidad con la pareja, practicar ejercicio en deportes extremos: alpinismo, bicicleta de competencia, escalar montañas, bucear, surfear, correr en maratones, carreras de autos de motocicleta y la ludopatía (adicción a los juegos de apuestas). Una vez que se estimula el circuito del placer, el cerebro pide que se repita y cualquier deporte o actividad se vuelve placentera es decir adictivo. Los desequilibrios en los niveles de dopamina pueden tener consecuencias significativas para la salud mental. El exceso de dopamina se relaciona con la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos y la deficiencia con la enfermedad de Parkinson y la depresión.

Endorfina. Es conocida como los analgésicos naturales del cuerpo; la morfina natural, actúan de la misma manera que ciertos opiáceos, esos que ayudan al organismo a paliar el dolor y son tan adictivos. Las endorfinas se elevan de manera natural en respuesta al dolor y al estrés y proporcionan una sensación de euforia. Se liberan en el ejercicio, bailar, nadar, entre otras actividades como el pensamiento. Los pensamientos afectan para bien o para mal con la fisiología. Las endorfinas estimulan los centros de placer, aumentan el apetito sexual, fortalecen el sistema inmune y reducen el dolor; pero es un hecho, el dolor se vuelve placer. En un accidente, quemaduras, cortarse con un objeto punzocortante (el cutting, tan de moda en los adolescentes) en las cirugías estéticas, los tatuajes. Las conductas autodestructivas como morderse las uñas, arrancarse el cabello, se vuelven adictivas, para contrarrestar el dolor se elevan las endorfinas (la morfina natural). 

La Oxitocina, llamada la hormona del amor, juega un rol fundamental en la vinculación social y la empatía. Se libera en el afecto, en los abrazos, en el vínculo como la madre con su bebé, además promueve la confianza y el vínculo emocional. La manera de producirla es en los abrazos con afecto, el orgasmo, el masaje, en un baño en tina y en los estados de serenidad como en la meditación.

Las recomendaciones para elevar la felicidad: consumir alimentos ricos en triptófano, plátanos, nueces, almendras, aguacate. Dormir plácidamente, caminar escuchando música, el contacto con la naturaleza, disfrutar los alimentos, en la meditación, al convivir con personas optimistas, alegres.

Para conseguir la felicidad, es necesario desacelerar la búsqueda del placer, estar aquí y ahora. Según el budismo la solución es reducir el ansia de sensaciones agradables y no permitir que controlen nuestra vida. Podemos entrenar la mente para que aprenda a observar cómo surgen las sensaciones, los dispositivos inteligentes son la adición de chicos y grandes, saturados para no aburrirse, pero impiden que descubran las sensaciones agradables: disfrutar de una conversación, un plato de comida, morder una fruta, escuchar música, bailar, convivir y conbeber de manera moderada.

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*La bioquímica de la felicidad muestra como los neurotransmisores y hormonas influyen en las emociones y en el bienestar en general. De manera frecuente escuchamos de los neurotransmisores, hormonas que son la clave para el estado de ánimo y el placer de la vida cotidiana: la Serotonina, la Dopamina, las endorfinas y la Oxitocina.