El agua
El vital recurso agua tiene un valor incalculable en todas las actividades del ser humano y es indispensable para la sobrevivencia de los seres vivos.
En la actualidad, en nuestro país resulta notorio y hasta trágica, su escases o limitación, especialmente en las actividades agrícolas y ganaderas de la zona centro y norte.
Acabamos de estar en una de las zonas agrícolas en el municipio de Ahome, en Sinaloa, en donde la falta de agua impide la siembra y, en algunos casos, afecta las nuevas plantaciones de mango.
Aquí, como a lo largo y ancho del país, los usuarios del agua tienen asignadas concesiones .para el aprovechamiento del liquido, cuando hay.
Los pocos volúmenes que arrastra el cauce del rio no alcanzan a subir niveles para los canales de riego que, en su gran mayoría carecen de algún tipo de revestimiento.
En esta zona, los cultivos dependen del agua almacenada en las presas para su distribución, por lo que, ejidatarios y propietarios saben que pueden sembrar toda la superficie o una parte, dependiendo del agua almacenada.
Estos productores agrícolas saben de la concesión del agua, pero están conscientes de cuando no hay disponibilidad del líquido, no pueden ejercer ese derecho.
Curiosamente, en el Valle de Mexicali, supuestos estudiosos del agua que no aportan soluciones, pero si aprovechan condiciones para agitar utilizando la figura de los Comisariados Ejidales, quienes anhelan tener la representatividad y autoridad que tuvieron en el pasado.
A los Comisariados Ejidales les han vendido la idea de que “el agua es nuestra, tenemos una concesión” y les impulsan a “reclamar nuestro derecho”.
Otra hablan de quitar agua a Baja California, cuanro se trata de un recorte a todos los estados usuarios del Rio Colorado, incluyendo a los de la frontera norte.
Estas situaciones de agitación son cíclicas, hace 6 años, a la llegada del gobierno de la 4T, algunos de los individuos de los actuales promotores del 90/10 de los recursos de la Comisión Internacional de Límites y Aguas, actuaron atendiendo las fracasadas aspiraciones del gobernador Jaime Bonilla Valdez, en materia de agua.
La tibieza de los funcionarios de CILA y de la Comisión Nacional del Agua, por temor a ser eliminados de la nomina del erario, es el caldo de cultivo que aprovechan aquellos que estuvieron, ya no están y quieren volver a cobrar como parte de los gobiernos federal o estatal.
El colmo, la incapacidad de los funcionarios dejo crecer la ambición de usuarios por el dinero del Acta 330 y pretenden que sean los organismos como la S. de R.L. concesionaria del Distrito de Riego, haga propuestas de solución.
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