Entre Los Surcos…

En el campo, solo demagogia

Por César Villalobos López

A unos cuantos días de que surta efecto el primer decreto presidencial, del gobierno de la 4T, para prohibir el glifosato se publicó el 31 de diciembre de 2020, último día del año de la pandemia, tal vez considerando lograra pasar inadvertido, debido a la algarabía de los festejos de fin de año, pero en el 2022, los tribunales tumbaron la pretensión del presidente Andrés Manuel López Obrador, los productores y sus supuestos lideres, están el Limbo. 

Entrará en vigor la prohibición del glifosato, por un nuevo decreto presidencial del 13 de febrero del 2023, porque asegura es un producto que puede ser riesgoso para la salud, pero este, como cualquier otro químico debe ser manejado y aplicado siguiendo las indicaciones técnicas del fabricante, para prevenir situaciones afecten la salud.

El glifosato es el herbicida más utilizado en el mundo. La prohibición hará mucho más difícil que nuestros productores puedan competir. Tendrán que perder cultivos o recurrir a otros herbicidas menos eficientes o más tóxicos. Lo peor es que el gobierno les prometió opciones, pero no ha ofrecido nada porque no hay.

El glifosato, sin embargo, es un herbicida muy popular porque ataca solamente las hierbas que afectan los cultivos y tiene relativamente pocos riesgos.

Si no se detiene la prohibición se dará un fuerte golpe a la productividad de los agricultores mexicanos. Disminuirá la producción y aumentarán los costos. Los precios de los productos se elevarán, aumentando las presiones inflacionarias, o se incrementarán las importaciones de productos de otros países en los que sí se puede usar el herbicida (todos).

Sin embargo, los mal llamados “lideres” que presiden confederaciones, ligas y otros organismos del campo, en estos momentos están mas preocupados y ocupados en lograr reflectores que les permitan ser vistos y posiblemente ser considerados para una candidatura, a la que aspiran, sin importar partido, porque les urge ingresar a la nómina oficial.   

De los que ya llegaron al congreso de unión, a las gubernaturas, a los congresos estatales, a los ayuntamientos o cabildos, “dizque” con la representación de productores del sector primario y ocupan, pero no ejercen, las presidencias de las Comisiones de Agricultura, hidráulicas, pesca, se han convertido en figuras decorativas y utilizan a los productores primarios con fines político electorales.

Innumerables ocasiones hemos visto a los senadores, diputados federales o locales -no a todos por algunas únicamente ocupan el espacio, y cobran, pero no saben que hacer- haciendo como que como que les interesa solucionar problemas, pero solo simulan.