Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

El poder en las mujeres

Por Rosa Chávez Cárdenas

Estamos a un año de tener una mujer en la presidencia de la República, nos adelantaremos a Estados Unidos, Francia, Canadá. Pero, Brasil, Costa Rica y Argentina habían puesto el ejemplo. Ya habíamos tenido candidatas a la presidencia, pero no lograron romper el techo de cristal. Recordemos en 1953 las lucha por los derechos de las mujeres logró que se aprobara el voto. Este año en octubre se cumplen 68 años que la mujer pudo ejercer el voto en las elecciones presidenciales. Bueno, pero el género no garantiza que las mujeres sean mejores gobernantes o jefas en la empresa, no todas ayudan a su género, ni son más solidarias, es un hecho, el poder transforma. En la cultura patriarcal en la que hemos estado inmersos por generaciones, tenemos roles muy rígidos de los que corresponde a lo masculino y lo femenino, lo que nos ha llevado a comportamientos y conductas neuróticas. Un tema que me apasiona como psicóloga y terapeuta de parejas son los arquetipos de Jung, el Animus en la mujer y el Anima en el hombre. Lo que sería el ying y el yang en la filosofía oriental, en donde lo que se considera femenino y lo masculino en cada persona debe estar en equilibrio, por ejemplo, el sol es Yang y la luna Ying, en lo biológico son las hormonas, las responsables de la aparición de los caracteres sexuales secundarios en la pubertad y posteriormente de regular el ciclo reproductivo. El animus se va desarrollando a través de la experiencia personal y el entorno en el que se desenvuelve la mujer, no solo en relación con el padre, también en la relación con los hermanos, tíos, abuelo, maestros y el jefe, es decir con las figuras de autoridad; en la familia, las instituciones, la política, la religión (de las más importantes), con las metáforas, los mitos y la cultura. Desde los primeros años estos modelos tienen una profunda influencia en la consciencia se introyectan en el inconsciente personal, colectivo y persisten en la vida. Seguramente se preguntan: ¿por qué muchas personas no llegan a un desarrollo pleno de la consciencia? Una de las respuestas es por la represión moral, familiar y cultural que aparece reflejada en los roles y los juicios morales que sirven de crítica en donde dominan los prejuicios de lo que debe y no debe ser. Por ejemplo, en los países árabes la mujer no debe mostrar su rostro, su cuerpo y su cabello. En nuestro país todavía señalan a las mujeres exitosas con juicio previo las califican, dicen que lo que han logrado se lo ganaron con su cuerpo. Sigamos con el animus, la parte masculina de la mujer, el Yang, tiene un aspecto positivo y un negativo. Actualmente observamos a mujeres muy abrumadas en cargos gerenciales, las que asumen roles de poder y se tornan autoritarias, prepotentes, dejan de lado lo femenino, tienen el animus exaltado. El trabajo en la política y la empresa crean muchas demandas en la actualidad, para mostrarse guapas, recurren a las dietas, el gimnasio y hasta las cirugías estéticas. Demasiadas demandas, todo tiene costos, las cargas materialistas impuestas, el manejo de poder, el exceso de trabajo, las exigencias en el hogar y el cuidado de los hijos pagan el precio: son madres y esposas abrumadas, ansiosas, irritables que cargan la culpa al dejar a los hijos al cuidado de otras personas, bueno las que son responsables y con tanto estrés se inhibe el deseo sexual. Me pregunto ¿Cuánto tiempo pueden resistir sin que su psique resulte afectada? Las mujeres tenemos demasiadas expectativas de contar con una mujer en la presidencia de este país. Pero, no podemos echar las campanas al vuelo y esperar que todo mejore de la noche a la mañana. Me preocupa el sistema, los compromisos, no creo que tan pronto se puedan hacer cambios y la futura presidente cuente con toda la libertad de cumplir las promesas de campaña, serán muchos los obstáculos, los perdedores darán la batalla, la deuda pública es una bomba de tiempo, los cotos de poder de los partidos, la violencia que causa la delincuencia organizada y la desorganizada, esa que se dedica a robar y que ha crecido por la impunidad y la corrupción. Tenemos que analizar cual proyecto de las candidatas es el que más le conviene a nuestro país, no podemos seguir con más de lo mismo de este gobierno, la participación ciudadana es indispensable y muy importante convencer a esos que les gana la apatía para que acudan a votar.

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Dolor y Dra. Rosa Chávez

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