Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Lo extraordinario de lo cotidiano…

Las buenas maneras

Por Gladys villalobos* 

“Las buenas maneras no presuponen la obediencia a la voluntad ajena”, Yukio Mishima, novelista y poeta japonés.

¿Alguna vez has dudado de lo aprendido, de lo que has adoptado como correcto, de lo que has aceptado como bien visto, más allá de la voz plural de usos y costumbres? ¿Alguna vez han sentido que tienen que mermar tu naturaleza para embonar socialmente? Yo sí. 

El fin de semana tuvimos el gozo de asistir a la presentación de la compañía de danza contemporánea “Antares” de Hermosillo, Sonora. Obra titulada “Las buenas maneras”. Bajo la dirección del coreógrafo Miguel Mancillas, esta obra provoco en mi la reflexión, a observar mi presente y me trajo algunos momentos del pasado.

En mi apreciación es una obra que nos invita al saludable viaje hacia nuestro interior. No por ser saludable dista de ser pedregoso y accidentado. El trayecto valdrá el tiempo y esfuerzo. El destino será nuestro ser más consciente, responsable, humano y libre.

Al inicio se presentan en escena poco a poco, con paso firme, enfundados en un vestuario perfecto, delineado al cuerpo, 15 humanos, hombres y mujeres, que se aprecian con el completo dominio de su ser. Poco a poco se va manifestando en ellos una incomodidad que se ve reflejada en su cuerpo y posteriormente, en su comportamiento. 

Se les va desacomodando la vida, el ánimo, la seguridad y el paso firme. ¿Quién soy? ¿qué hago con esta ropa? ¿qué hago aquí? ¿quién es toda esta gente? ¿qué es esto que siento?, así traduzco lo que vi. Se altera su estado, su paz y, por ende, de quienes los rodean. Y se contagian y pierden la cordura y las “buenas maneras” y todos empiezan a vivir los efectos de la conciencia, los efectos de la represión. El camino de la liberación inicia.

De esta obra puedo deshilvanar algunos temas. Lo haré poco a poco. Hoy decido irme a un recuerdo. Ese momento en mis casi treinta en donde salí a comprar un par de faldas de lápiz o rectas, como se dice popularmente, porque quería ser “más femenina”. En ese momento aún no sabía que mi feminidad es la suma de cualidades, actitudes, el cómo me vivo, como vivo, el cómo respondo a la vida, no en el cómo me veo, ni cómo me visto. Las compre, las use dos veces, me sentía disfrazada. Las regale. Siempre recuerdo este momento de mi evolución y lo abrazo con gratitud, me abrazo ¿Recuerdas en tu vida algún momento en donde te mentiste por encajar? 

“Lo Extraordinario de lo Cotidiano”, un espacio donde cada día es un motivo. A ti que me lees, valoro tu tiempo.

*Cachanilla de nacimiento, comunicóloga de profesión, amante del cuerpo por vocación. Crecí análoga, me convertí digital. Asesora en Comunicación, Redactora de Contenidos, Fotógrafa. Mi sitio: ladysvillalobos.wordpress.com/ 

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