- Países Bajos no permitirá que los estudiantes chinos ‘aprendan’ su tecnología
- «China representa la mayor amenaza para la seguridad económica de la nación»
Por Vicente Nieves
Primera de dos partes
Los chips semiconductores se convirtieron durante la pandemia del covid en el input más preciado y deseado por las empresas. Su escasez en un momento de creciente demanda de bienes tecnológicos puso a los microchips en el foco de debate a muchos niveles. Aunque hoy su escasez está parcialmente resuelta, el protagonismo de los semiconductores parece condenado a seguir creciendo. De ellos depende la sofisticación y el alcance de muchos bienes tecnológicos que no solo son vitales para mejorar nuestras vidas, también para ‘destruirlas’ potencialmente. Los chips más avanzados son clave para determinadas armas, la inteligencia artificial o para construir potentes ordenadores, lo que está provocando que la ‘guerra secreta de los chips’ siga escalando sin control con dos bandos bien diferenciados: Occidente vs China.
Las empresas líderes en patentes relacionadas con microchips en la actualidad son Tencent y Baidu, superando con creces a compañías como IBM, Microsoft o Alphabet. Esto refleja el impresionante avance logrado por el ‘gigante asiático’ en pocos años, así como las preocupaciones de EEUU y sus aliados.
Por primera vez en décadas, EEUU está presenciando cómo alguien le planta cara en lo que se refiere al liderazgo tecnológico, y para evitarlo está diseñando una suerte de cordón sanitario que busca impedir a Pekín el acceso a los microchips de última generación, elementos esenciales para hacer realidad las patentes relacionadas con la inteligencia artificial y otras revoluciones tecnológicas.
EEUU aprobó en 2022 la Ley de ciencia y Chips con el objetivo de impulsar su propia industria de semiconductores a la par que restringir la capacidad de fabricación de chips avanzados en China. Pekín es capaz de producir chips de 16 nanómetros, pero producir microprocesadores más avanzados les resultará complicado y costoso. Estos chips avanzados los produce incurriendo en costes muy elevados y no gozan de la misma calidad que los producidos por Países Bajos, por ejemplo. «Como tal, los guiños de los Países Bajos y Japón -están limitando sus conexiones con China en lo que a tecnología se refiere- son más cruciales que nunca, ya que lideran la producción de la litografía ultravioleta extrema -necesario para producir los chips más pequeños y avanzados-«, explican desde Natixis en una nota para clientes.
Estas medidas restrictivas, como sanciones y listas negras, han sido efectivas en casos como el de Huawei, pero hasta ahora no han logrado sofocar por completo el avance de China y muchas de sus empresas, según los expertos. El objetivo de EEUU es cortar el acceso a la maquinaria necesaria para producir los microchips, una maquinaría que poseen economías aliadas de EEUU como Países Bajos.
En otoño de 2022, EEUU impuso restricciones destinadas a limitar los envíos de equipos de producción por parte de empresas estadounidenses y prohibió la expansión de la fabricación de chips por debajo de los 28 nanómetros (cuantos menos nanómetros, más pequeño es el chip y más chips se puede añadir a una misma oblea) en China o Rusia durante una década. Ahora, parece que Japón y los Países Bajos se suman a los planes de Washington, lo que podría aumentar la efectividad de estas medidas.
Países Bajos y Japón
se ponen serios
La importancia de Japón y los Países Bajos radica en las empresas que tienen en su territorio, especialmente en el caso de los Países Bajos, donde se encuentra ASML, la única compañía capaz de construir equipos de litografía ultravioleta extrema. Estas máquinas son indispensables para la producción de microchips de última generación. Si las empresas chinas no pueden acceder a ellas, les resultará casi imposible fabricar chips por debajo de los 10 nanómetros, que son fundamentales para algunos dispositivos como los nuevos teléfonos móviles, ordenadores, centros de datos y los superordenadores necesarios para impulsar y entrenar sistemas de inteligencia artificial.
La producción masiva de estos chips sería prácticamente imposible. Además, la entrada de Japón en esta alianza con EEUU añade más presión a la campaña contra China, ya que Japón sigue siendo un productor clave de equipos de litografía ultravioleta profunda y suministra componentes esenciales, como la resina ABF, utilizada en la producción de semiconductores.
Por ahora, se espera que tanto los Países Bajos -ya se han filtrado algunas medidas clave que se analizan a continuación- como Japón sigan endureciendo su postura, aunque no está claro si igualarán la dureza de las medidas aplicadas por EEUU. Si estos nuevos controles son efectivos, dificultarán considerablemente la capacidad de China para construir nuevas instalaciones informáticas avanzadas en las que se puedan entrenar sistemas de inteligencia artificial. Esto refuerza la alineación sustancial entre los Países Bajos, Japón y EEUU en cuanto a los riesgos de permitir que China desarrolle capacidades sofisticadas de inteligencia artificial que puedan competir con las producidas en Occidente.
El gobierno holandés está trabajando en una legislación que prohibirá a los estudiantes chinos participar en programas universitarios sobre tecnologías sensibles, incluidos los semiconductores y la defensa, según han revelado a Bloomberg fuentes familiarizadas con esta cuestión. Aunque la ley, probablemente, no mencionará de forma específica a China, la intención indirecta de la misma es evitar que los estudiantes de la nación asiática obtengan acceso a material confidencial en sus estudios, según han revelado estas fuentes que han pedido no ser identificadas.
Continuará…
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