Los políticos y el campo
Los campesinos del país siguen siendo la carne de cañón de los políticos que buscan cargos de elección popular y de aquellos que llegan y se olvidan de las promesas y de los compromisos hechos para atender problemas ancestrales.
En el 2018, una buena parte de productores agrícolas, especialmente del sector ejidal, pusieron su fe y esperanza en los dichos del mejor candidato en campaña, con planteamientos que llenaron de ilusión, no solo a ellos, sino también a un buen numero de ciudadanos, ahora desconsolados y decepcionados.
Aquel buen candidato, como presidente de la república ha sido una remora para el desarrollo del campo mexicano, al eliminar apoyos para aquellos que producen volumen en sus cosechas, favoreciendo a la agricultura de subsistencia.
Debido a esa política del gobierno de la 4T, México se ha convertido en un buen cliente de los mercados de granos y alimentos básicos en el mercado internacional, al demandar mayore volúmenes para importar y satisfacer las necesidades de alimentos de la población y materia prima para la industria.
Los políticos encumbrados en las dos cámaras del Congreso de la Unión, así como en el Congreso de Baja California, ya sean diputados o senadoras, solo acuden a los productores primarios cuando buscan lucimiento, porque difícilmente entienden los problemas de los agricultores.
Lamentablemente, a las Comisiones de Agricultura de las cámaras llegan personas con total desconocimiento de las situaciones del campo, pero lo más graves es cuando se rodean de asesores que solo les dicen o informan lo que ellos quieren escuchar y no la realidad, porque les incomoda.
“Pero no tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre”, dice la conseja popular y en este caso los que dicen representar a productores, sabedores de su falta de liderazgo, caen en el regazo de los políticos, además de ser masa de fácil moldeo para colmilludos personajes que, de los movimientos han obtenido, en el pasado, muy buen provecho personal.
El actual titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de BC se queja del ridículo presupuesto de su dependencia, pero el mismo, cuando diputado y presiente de la Comisión de Agricultura, fue tímido y sumiso en el momento de asignación de presupuesto, como ahora lo es el diputado Manuel Guerrero Luna.
De los diputados federales y de las senadoras, ni hablar, son un cero a la izquierda.
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