Editorial…

¿Y la Guardia?… ¿y el Ejercito?

Sin duda alguna, lo ocurrido la semana anterior en el Puerto de San Felipe es un hecho violento más de los muchos que día a día ocurren a lo largo y ancho del país, con un importante número de pérdidas de vida.

En el portal de Estampida de los Búfalos, el compañero Víctor Islas revela que, “en el séptimo municipio -San Felipe-, además de 54 policías municipales, están destacamentados 300 soldados de la Secretaría de la Defensa Nacional, 600 marinos de la Marina Armada de México, 60 policías de la Guardia Nacional y 7 policías investigadores estatales. De la Guardia Estatal no hay nadie comisionado permanentemente en el puerto”. 

En el caso de los elementos de la Guardia Nacional y del Ejercito que diariamente se ven circular por las calles de la ciudad y por las carreteras federales y estatales, la gran mayoría de los ciudadanos tiene la percepción de que solo se andan paseando y siempre llegan después de ocurrido los hechos violentos.

¿Acaso, la Guardia Nacional y el Ejercito, -o la Marina, en el caso de San Felipe-  carecen de un cuerpo de inteligencia que les permita observar futuros hechos delictivos de todo tipo, para actuar en forma preventiva, o alertar a las policías municipales sobre ellos, para que puedan enfrentar a los delincuentes?    

 “Desconcertados por todo lo sucedido, pero nadie abre la boca por miedo y hay la sensación de que lo peor está por venir”, fue la escalofriante respuesta a este columnista de un conocido empresario radicado en San Felipe, sobre el tenso ambiente en el puerto, luego del asesinato de dos jefes policiacos, concretamente del subdirector de Seguridad Pública y del comandante en esa comunidad, escribió Víctor Islas.

“Que se recuerde, es la primera vez que en San Felipe ocurre un desafío del hampa a la autoridad de estas dimensiones. San Felipe tiene apenas meses como municipio, pero antes, desde su fundación hace 97 años, la citada comunidad perteneció a Mexicali”.

“Muchos policías han sido victimados a balazos en las últimas décadas, pero nuestra memoria registra pocos que hayan estado desarrollando funciones de directivos al momento de ser privados de la vida en circunstancias violentas”.

En una ciudad como el puerto de San Felipe, como incipiente municipio, no son favorables este tipo de hechos de violencia y es que, independientemente de la inseguridad que genera en la población, requiere del impulso económico con nuevas inversiones generadoras de empleos para los ciudadanos.