Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Editorial…

Vigilancia o intimidación militar 

Qué lástima que, con la política de besos y abrazos, no balazos, una gran parte de la población y en especia los delincuentes de toda calaña le hayan perdido el respecto al Ejercito Nacional, ninguneando a sus elementos y hasta quitándoles las armas.

Lo más grave, lo increíble, el jefe supremo de las fuerzas armadas, condecoró a los primeros soldados que ante sus agresores depusieron sus armas, con una clara violación a la legislación y códigos de ética militar.

Surgieron voces, de militares formados en la tropa y en el Colegio Militar, considerando que lejos de haberse decorado debieron de haber recibido un castigo ejemplar y otros mencionaron hasta la pena de muerte, por entregar el armamento al enemigo, los delincuentes que les agredieron.

La Guardia Nacional, ahora integrada a la Secretaría de la Defensa Nacional, creada bajo el pretexto de acabar con la corrupción que, según su creador, existía en la policía federal, ahora es denunciada por corrupción en los distintos lugares donde operan en acciones de vigilancia, con una total ignorancia de ética administrativa.

Conocemos casos se extorciones a personas que cruzan por las garitas internacionales, con vigilancia ahora de la Guardia Nacional, los que se instalan en retenes carreteros y exigen documentos de propiedad de los vehículos, como factura y otros que jamás se tienen en la unidad.

Pero ahora, sin recato alguno, elementos del Ejército, a juzgar por su vestimenta, realizan labor de espionaje en las sesiones del Senado de la República, con grabaciones de video, como se puede apreciar en la  fotografía. 

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