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Foro Agrario México…

Los jóvenes campesinos

Por Reynaldo Magaña*

Los jóvenes en los ejidos y comunidades de México, los son cualquiera que sea residente del núcleo agrario de que se trate, desde los quince hasta los veintinueve años.

Si bien una de las tres parcelas con destino específico es la de la juventud, en los ejidos son muy pocos los que han asignado una para los jóvenes.

Puede haber varias razones para esta omisión, pero son dos fundamentales, la primera es que la ley no obliga a la asamblea de ejidatarios a destinar una parcela para desarrollar las potencialidades de los jóvenes y la segunda es que a los ejidos no les queda claro lo que se puede hacer con dicha parcela para apoyar a la juventud campesina.

Lo más común, aunque muy escasamente, es hacer canchas deportivas suponiendo que con ello se cumple el fin, aunque ello esté alejado del propósito esencial.

Las políticas públicas no atienden específicamente a los jóvenes rurales, ni disponen programas para ellos, lo que si ocurre con los jóvenes urbanos.

Las cifras en el campo que segmentan a los campesinos de entre quince y veintinueve años son verdaderamente alarmantes; cuatro de cada diez jóvenes en México, son rurales y dos de cada diez viven en pobreza extrema, según datos del INEGI.

Las oportunidades de empleo son escasas y la deserción escolar, en la medida que incrementan su edad, es mayor, por causas multifactoriales, entre otras la pobreza y la necesidad de trabajar para sobrevivir.

El analfabetismo y la escasa escolaridad de los padres influyen significativamente para que los jóvenes rurales abandonen en los primeros años la escuela.

Las jóvenes campesinas sufren mucho más estas desigualdades sociales y los embarazos a temprana edad son más frecuentes que las de las mujeres jóvenes de la ciudad.

Lo anterior produce otros males, convirtiendo a parte de la juventud rural en delincuentes o arrojándolos en manos del crimen organizado, como en algunos puntos de la geografía mexicana ocurre alarmantemente.

Dos rutas formales deben atenderse, si la intención es mejorar el futuro de los jóvenes en el campo.

Las políticas públicas orientadas taxativamente a la atención de los jóvenes rurales y las modificaciones legislativas en materia agraria, que contemplen la obligación de destinar una parcela para la atención de este conjunto de la población y un plan de acción, que se detone desde la ley agraria, para orientar el uso de esta parcela con destino específico, que garantice el desarrollo de los rurales jóvenes.

Lo anterior mediante talleres, centros de capacitación para el trabajo, incubadoras de emprendedores y muchas otras alternativas de desarrollo de capacidades, que orienten su regreso a las aulas formales, escuelas o que, si ello no ocurre, puedan preparase para emplearse con un nivel superior de conocimiento, como técnicos o auto emplearse, si su vocación resulta ser de emprendedor.  

Las canchas y campos deportivos deben ubicarse en la zona urbana, específicamente en las áreas destinadas para ello, al constituirse esta y no necesariamente en la parcela de la juventud.

Retomando la primera línea, la de las políticas públicas, es urgente que el gobierno diseñe un amplio programa de atención específica para los jóvenes campesinos, donde la parcela de la juventud pueda ser considerada como destino para establecer talleres de capacitación e incubadoras de emprendedurismo, que garanticen incrementar el nivel de vida de los jóvenes del campo.

Los ejidatarios, específicamente la asamblea, que es la máxima autoridad de decisión en los núcleos agrarios, debe tomar conciencia y alinearse en estas intenciones, que finalmente beneficiarán a sus hijos y a las generaciones que vienen.

*El autor es especialista 

en derecho agrario y promotor de 

economía solidaria

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