En 2050, la agricultura deberá alimentar a una población que alcanzará 9.000 millones de personas. Esto supone que se necesitará más agua para producir el 60% de los alimentos adicionales que se calcula serán necesarios. Por esta razón, la FAO aboga por un uso del agua en la agricultura más eficiente, equitativo y respetuoso con el medio ambiente. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, esto implica la adopción de nuevas tecnologías, la modernización de la infraestructura, la aplicación de técnicas mejoradas y la promoción de la participación de los usuarios del agua. También señala que tener un mejor conocimiento del agua llevará a tomar mejores decisiones sobre el uso y la reutilización de este recurso en la agricultura.
En esta entrevista a Begoña Tarrazona, Irrigation Specialist de Idrica, analizamos la situación actual del riego y cómo podemos usar la tecnología para avanzar hacia el desarrollo sostenible.
Pregunta: ¿Cuál es la situación actual del riego y cuáles son sus retos y oportunidades?
Respuesta: A nivel global, la agricultura de regadío representa el 20 % del total de la superficie cultivada y aporta el 40 % de la producción total de alimentos en todo el mundo. Además, el 70 por ciento del agua que se consume en el mundo se destina al sector agrario. Si bien esa cifra puede haber descendido en los últimos años, gracias a la modernización de regadíos, el crecimiento de la demanda global de alimentos llevará consigo una demanda específica de agua y energía, provocando que el sector agrario ejerza una importante presión sobre el medio natural.
Sin embargo, las funciones del riego van más allá de proporcionar alimentos suficientes, sanos y de calidad a la población, y de abastecer a la industria agroalimentaria. La agricultura debe ser considerada como un sector estratégico ya que es imprescindible para lograr una adecuada gestión y ordenación del territorio y para favorecer la fijación de la población rural, retos que se alcanzarán mediante la mejora de la competitividad y siendo más eficientes en el uso de recursos y consumos intermedios. Por otro lado, y no por ello menos importante, tenemos el reto de conservar el medioambiente en aras de una mejora de la sostenibilidad medioambiental. Este objetivo lo perseguimos a través de la optimización en el uso de un recurso natural y cada vez más escaso, como es el agua, y mejorando la eficiencia energética.
Por esta razón, hay que promover una agricultura sostenible a través de la mejora de la eficiencia en el uso de los recursos naturales. Para ello, es imprescindible aprovechar al máximo la tecnología, la investigación y el desarrollo, integrándolo con los conocimientos locales donde se van a aplicar.
P.- ¿Qué tecnologías tendrán un mayor impacto en el sector agrario en los próximos 5 años?
R.- Podemos empezar mencionando el riego inteligente, que utiliza la tecnología para aplicar el riego en función de las necesidades hídricas reales de los cultivos, del estado de humedad del suelo y de la predicción meteorológica. En base a la sensórica implementada en los campos y con la información de las estaciones meteorológicas, se utilizan soluciones tecnológicas y algoritmia avanzada para calcular la frecuencia y dosis de riego necesarias y ajustar automáticamente la programación del riego a esas necesidades. Al optimizar el consumo de agua y, consecuentemente, al reducir el consumo energético, se mejora la sostenibilidad medioambiental.
La teledetección también supone un gran avance en el sector, ya que ofrece información sobre el estado de los cultivos sin necesidad de desplegar ningún activo en campo. Las imágenes satelitales pueden llegar a construir el mapa de salud de la vegetación y del suelo mediante la detección de ciertos parámetros como la humedad, el índice de biomasa fotosintéticamente activa o la nitrificación.
Otra de las tecnologías que tendrá un gran impacto y por la que también hay que abogar en los próximos años es la telelectura. La lectura de los contadores de abonado en tiempo real reduce el ciclo de facturación (que incluye la lectura, la facturación y el cobro), y por lo tanto los costes inherentes a dichas tareas disminuirán, facilitando la gestión de las comunidades de regantes (CCRR) y mejorando la competitividad. Además, mediante la aplicación de algoritmia avanzada y mecanismos de machine learning podremos controlar fugas, fraudes o incluso tener una previsión de la demanda. Conocer los patrones de consumo ayuda a operar de manera más eficiente las infraestructuras hidráulicas y mejora la eficiencia energética.
En definitiva, la modernización de las infraestructuras de riego, la implementación de sensórica y la monitorización y automatización de los activos mediante el uso de plataformas tecnológicas que incorporen algoritmos de aprendizaje automático, es la oportunidad que tienen las CCRR para una gestión óptima de sus recursos y para contribuir activamente a conseguir los retos que marca la FAO.
P.- ¿Qué es necesario para acelerar la innovación tecnológica en el sector y cuáles son las principales barreras para lograrlo?
R.- Necesitamos fomentar políticas activas y sostenibles, como las modernizaciones y nuevos regadíos. Allí donde se apuesta por el regadío hay más riqueza económica, más densidad de población y una mayor afluencia de jóvenes. El riego es clave para la mejora de la competitividad de las explotaciones, genera beneficios socioeconómicos y medioambientales y contribuye a la lucha contra el cambio climático.
Pero todo esto no será posible si no promovemos el uso de nuevos sistemas y tecnologías de riego entre los agricultores y los técnicos. Para introducir el uso de la tecnología en las explotaciones, es clave difundir los resultados sobre nuevos sistemas de riego y aplicaciones tecnológicas entre las empresas de servicios que tengan una contribución importante en el sector.
El principal reto a la hora de intentar dotar a las explotaciones de la más avanzadas técnicas es la necesidad de transferir la tecnología necesaria para que los regantes puedan sacar el máximo partido a las inversiones realizadas.
P.- ¿Cómo contribuye la plataforma tecnológica GoAigua a mejorar la productividad del sector agrario?
R.- GoAigua Irrigation es una plataforma de software modular capaz de procesar distintas fuentes de datos, con independencia de suministradores o tecnologías, y compuesta por varios módulos como: operación y control, telelectura, fugas, facturación, órdenes de trabajo y gestión de activos. Estos módulos conforman un sistema de decisión inteligente basado en datos.
La plataforma consiste en un entorno integrado de monitorización y gestión de las infraestructuras operadas por el cliente que cubren los diferentes ámbitos de gestión de las CCRR. Este punto de gestión único permite mejorar la eficiencia hídrica y energética, reducir los costes de explotación y mantenimiento y potenciar la sostenibilidad medioambiental. Así es como la tecnología GoAigua ayuda a afrontar los efectos que el incremento de la demanda global de alimentos ejerce sobre el medio ambiente, al tiempo que mejora la productividad del sector agrario.
*El whitepaper Global Water Trends 2021 analiza no sólo la transformación digital en el sector agrario, sino también otras tendencias que han marcado el año 2021 en el sector del agua; como el 5G, el data analysis o la gestión del agua en remoto.
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