Campo fértil
Por César Villalobos López
El campo bajacaliforniano, en especial el del valle de Mexicali, donde los productores andan al garete por falta de lideres auténticos, con arrestos y con el respaldo de verdaderos agricultores y no solo monigotes que presumen un nombramiento oficial, sin reconocimiento de la base.
Desde hace tiempo, las dirigencias campesinas, de colonos y propietarios rurales, solo son membretes sostenidos por inercia, pero carecen de representación alguna, quienes pretenden serlo, no tienen la fortaleza ni la estatura moral que los productores requieren como representantes.
La Liga de Comunidades Agrarias es asediada, por su representación, que no tiene ninguna fuerza, -tiene menos valor que el petate del muerto- por lo que ya no sirve ni para asustar, pero para vividores de la política como el Arquitecto Humberto López Barraza, apoyado por un papel que le da una espuria representación, trae una cauda de homólogos que buscan chamba.
El profesor Luis Antonio Rodríguez Diaz, al frente de la Liga logró la atención de campesinos no amarrados a las siglas del Revolucionario Institucional, pero la llegada de la pandemia suspendió los planes que se tenían.
En el caso de la Liga Agraria Estatal, heredad de la familia Camacho, solo sirve de referencia a Rubén, quien después de unos 20 años careció de fuerza y reconocimiento de los productores para conservar la dirigencia del módulo 12.
Lamentable que el mismo Rubén, con el respaldo de las senadoras León y Gina Cruz, sucumbiera junto con los aspirantes a dirigentes que pretendieron la renuncia de Héctor Haros Encinas, siendo ignorados por el gobernador Jaime Bonilla Valdez.
Poco después, con la presencia del titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, basto un manazo de Bonilla en la mesa para que se pusieran en paz, se olvidaran de sus aspiraciones y voltearan a las candidaturas, que, al final, es lo único que les importaba.
Con el fracaso empresarial de Mario Vindiola se acabó el liderazgo de la Federación Estatal de Pequeños Propietarios y, lamentablemente quienes ocuparon cargos de dirigencia en la Federación, fueron títeres o marionetas del dueño de la pelota.
En el caso de la Unión Agrícola Regional, tras la fugaz estancia de su presidente como diputado suplente del primer distrito electoral, todo indica que los mariachis callaron, no se ha vuelto a tener noticias de actividades en pro de los hombres del campo.
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