Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

“Deshacer entuertos”, tarea de Juan Meléndrez Espinoza

Juan Meléndrez Espinoza, es mencionado como el virtual titular de la secretaria del Campo y Seguridad Alimentaria.

  • Primero remar a contracorriente de vicios e intereses
  • Recuperar status de zona libre para exportar ganado 
  • Ganar la confianza de productores con acciones reales
  • Olvidarse de proteger recomendaciones y a grupos
  • Dejar a un lado los mitos y los proyectos fantasiosos
  • ¿Podrá vencer la voracidad de los avicultores? 
  • Marina del Pilar, ¿le apoyará para que no estafen a consumidor? 
  • ¿O preferirá el ingreso de los avicultores por compra de etiquetas? 

Por César Villalobos López

El Arq. Juan Meléndrez Espinoza, quien es mencionado como el virtual titular de la secretaria del Campo y Seguridad Alimentaria -SCSA-, por ser el representante de Marina del Pilar Ávila Olmeda en el proceso de transición, para recibir esa dependencia de Héctor Haros Encina, “en su pecado lleva la penitencia”, con el repudio de una buena parte de productores agrícolas del valle de Mexicali.

Y es que, por su relación el casi extitular de la SCSA, cuando fue presidente de la Comisión de Agricultura del Congreso del Estado, se ubica como corresponsable de la falta de atención al campo en el gobierno de Jaime Bonilla Valdez, así como de la ausencia de programas de apoyo para impulsar el desarrollo del valle de Mexicali, debido a que, olvido la existencia de productores agrícolas en el primer distrito electoral y, como diputado, mayormente atendió al sector social.

En los mentideros políticos de Mexicali y de la zona rural, donde el chismorreo y rumores, entre productores agrícolas y uno que otro pequeño ganadero, “son el pan de cada día”, mencionan que espontáneos promotores de Meléndrez Espinoza, lejos de ayudarlo, con los antecedentes  históricos de sus acciones en módulos y comisariados, son un verdadero lastre, independientemente de que les identifica como aspirantes a ingresar la nómina oficial, o a negocios colaterales, a costillas del erario.   

Este tema no solo se ventila en los mentideros, también en reuniones de productores que se sienten agraviados por no haber sido atendidos en la Comisión de Agricultura, situación que debe de servir de ejemplo al Dip. Manuel Guerrero Luna, para que no vaya a caer en el error de seccionar la atención a los agricultores.

Productores con muchos años de experiencia, tienen mucha razón cuando afirman que Meléndrez Espinoza, no sabe nada del campo, que la mayor parte de su vida profesional ha sido en la construcción y en la proyección urbana.

Pero no han tomado en consideración que, si el arquitecto es confirmado como titular de la Secretaría del Campo, de seguro llegará con una mente abierta, no como el sabiondo y mitómano de su antecesor, y es de esperarse que busque expertos profesionistas en las diferentes áreas de agricultura, ganadería, sanidad e inocuidad y otras, sin pretender tapar el sol con un dedo para ocultar fallas de la administración de Bonilla Valdez, de ser así, la situación le puede ser favorable y poco a poco, ganarse la confianza y, sobre todo, el respeto de los productores.

Si, en cambio, le imponen, y el acepta, a los integrantes de la plantilla operativa de la dependencia, con recomendados por intereses o compromisos políticos, lo mas seguro es que la actividad del campo caiga a un nivel más bajo del que ha llegado en casi dos años.

Pero además de la agricultura, Meléndrez Espinoza tiene una gran deuda con los pequeños criadores de ganado del estado, porque pese al apoyo que le dio a la Unión Ganadera Regional que encabeza Gustavo Rodríguez Cabrales, convencido por Haros Encinas, se perdió el reconocimiento del USDA -Secretaría de Agricultura de los Estados Unidos, por sus siglas en inglés- y de nada sirvió el apoyo de 7 millones de pesos otorgado por conducto del FOGABC, para resolver el problema de los ganaderos, creado por la incapacidad administrativa de Rodríguez Cabrales, misma que ha ocasionado un adeudo mas ante el Fondo Estatal, por incumplimiento en las obligaciones de pago.

El nuevo titular de la secretaria del Campo no puede continuar con la simulación, en cuanto al combate al abigeato, echando culpas a la Fiscalía, como lo ha hecho Haros Encinas, tratando de justificar que es la responsable del incremento de ese delito, a raíz de que ordenó la desaparición de las volantas y retiro a los inspectores de las casetas de control.

Con el apoyo de la Comisión de Agricultura y otras, del Congreso del Estado, deberá promover la regresión del abigeato como “delito grave” y estructurar acciones de vigilancia y control de movilidad con personal conocedor de la documentación necesaria para demostrar origen y destino del ganado.      

Sin asumir culpas ajenas, para no ser cómplice, al tomar posesión de la Secretaría del Campo, el arquitecto Meléndrez Espinoza, apoyado por la Comisión de Agricultura del Congreso debería de realizar una auditoria al FOGABAC, organismo que desde su creación ha sido administrado por Carlos Enrique Silva Robles y ha servido para dispersar dinero público a beneficiaros de programas producto de fantasiosas ocurrencias, si como para asustar con el petate del muerto a productores que se oponen a proyectos, afirmando, sin comprobar que son deudores del Fondo.  

Silva Robles, junto con un grupo de agricultores, fueron los primeros beneficiados del FOGABAC, al formar la Empresa Cachanilla para instalar un Centro de Acopio de Trigo, mismo que abandonaron y se desconoce cuál es el saldo deudor, pero llama la atención la sumisión de los socios a la dependencia estatal, aun cuando mencionan que, al poco tiempo de recibir el crédito, Silva Robles paso las acciones nombre de un familiar.  

Por último, aun cuando uno de los puntos más importantes, es la aplicación de la Norma Oficial Mexicana en materia de clasificación de huevo, para garantizar que los bajacalifornianos que, fraudulentamente, con la anuencia o complicidad de la Secretaría del Campo y Seguridad Alimentaria reciben un producto identificado como AA, sin tener el tamaño, el peso y las condiciones físicas establecidas, pero que el consumidor lo pago como tal, gracias a la etiqueta que les vende la dependencia del estado.

Para ello, el titular de la Secretaría del campo deberá de tener conocimiento pleno para estar en condiciones de hacer el planteamiento a la gobernadora Marina del Pilar Avila Olmeda y ella tener la voluntad de responder a la confianza de los electores, para evitar que los avicultores continúen dándoles “gato por liebre”, pero al mismo tiempo dejarían de ser un fuerte recaudador de ingresos por lo que pagan por las etiquetas que se les entregan.

Marina del Pilar tendrá que evaluar que le conviene más, desde el punto de vista social y político, beneficiar a los electores que le dieron la confianza o la recaudación económica que le generan los avicultores.

El tiempo dirá…