- La expresión es un derecho intrínseco de todas las personas
- El derecho a ella es producto de una conquista que ha costado vidas
- A nosotros nos toca promover que se mantenga el respeto y la libertad de ese derecho
MEXICALI. – Texto leído por Aglae Margalli Divez a nombre de la Asociación de Periodistas de Mexicali, Grupo Comunicadoras y Asociación de Reporteros Graficos, en el monumento a Francisco Zarco, el pasado lunes 7, con motivo del Día de Libertad de Expresión:
Buenos días compañeros integrantes de las diferentes organizaciones de periodistas en Mexicali.
Hoy estamos de nuevo aquí, al pie del monumento a Francisco Zarco para recordar, para no dejar en el olvido, este derecho fundamental para el ser humano, plasmado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, me refiero a la Libertad de Expresión.
Esta autonomía personal gracias a la cual, hoy podemos decir lo que pensamos; que nos otorga el derecho a buscar, recibir y escuchar opiniones; debatir distintos puntos de vista sobre cualquier tema, y en cualquier momento; o sea, nos podemos comunicar sin límites, ni fronteras.
El año pasado no nos fue posible llevar a cabo este acto celebratorio. Nos lo impidió la pandemia, este espacio perdido, provocado por un maligno virus que nos dejó una serie de tristes recordatorios.
En México nos apegamos a esta fecha, no solo como efemérides o un foro para posicionar nuestras ideas como gremio. También aprovechamos el momento para hacer una especie de catarsis, buscando una reflexión que nos lleve a un mejor nivel en el manejo de nuestra profesión, con honestidad y siempre con respeto al derecho de las personas. Es nuestro deseo y voluntad, como profesionales que somos.
Sin embargo, hoy tenemos que reconocer, lamentablemente darnos cuenta, de que las llamadas redes sociales, como otras creaciones de la tecnología, han avanzado mas velozmente que su regulación y, lo peor, sus proveedores rechazan someterse a una ley, en aras de una supuesta libertad de expresión.
Las benditas redes sociales, porque no dejamos de reconocer que su aplicación con ética profesional, es verdad que facilitan la comunicación. Sin embargo, desdichadamente, esta tecnología ha sido aprovechada para la ejecución y difusión de discursos de odio que tanto daño nos han hecho como sociedad.
La libertad de expresión, como otros derechos, no son absolutos. El filósofo Cicerón nos dice que para ser libres hay que ser esclavos de la Ley. Pero esta debe manejarse con la congruencia del decir y el hacer, para realmente ser.
De un tiempo a la fecha, la comunicación ha sido tomada como un arma para amenazar, amedrentar y hasta cooptar un derecho que también debe beneficiar a la sociedad en lo general.
Pero hemos ido más allá, hemos descubierto la otra cara de la moneda, la de empresarios que crean sus medios para ponerlos al servicio de quien lo pueda y quiera pagar. Lo lamentable es que quienes se convierten en el blanco de estas perversiones mediáticas, somos precisamente los comunicadores, los que aún soñamos con el respeto a la vida privada de las personas, la paz pública y las instituciones.
Aquel ejercicio de la comunicación honesta, la que no tenía más fin que cumplir con un derecho y que es el de informar bajo un código de ética, tal parece que se va diluyendo.
Compañeros periodistas y comunicadores, venimos de nuevo a recordar esta fecha en un acto de deliberación y de paso invitarlos a que reflexionemos y así poder darle el verdadero lustre que esta bendita profesión requiere.
La posibilidad de expresarnos en el ámbito de la vida pública y privada, nos permite tomar las decisiones que mejor consideremos, además nos abre la puerta para ejercer otros derechos con plena libertad, como es el votar en las elecciones de nuestro país; y de esta manera contribuimos a una sociedad democrática.
Compañera y compañeros, ha concluido una histórica jornada electoral y en estos momentos ya tenemos una información preliminar del resultado.
A muchos de nosotros nos tocó vivir muy de cerca esta acción cívica. Todos nos preocupamos por llevar la información de la jornada, lo más apegado a la realidad posible.
Para todos ustedes vaya nuestro claro y sincero reconocimiento.
Ahora, nos toca a todos lograr que se respete nuestro derecho a recibir la información porque debemos cumplir con nuestra responsabilidad de mantener debidamente informada a la sociedad a la que nos debemos.
Como representantes de los organismos de comunicadores y periodistas, buscaremos con los similares de otros grupos, llevar a cabo reuniones de trabajo tendientes a establecer protocolos para el ejercicio de nuestra profesión y que la autoridad entienda que debe un respeto a la comunidad en general.
Muchas gracias a todos y muy buenos días.
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