Entre Los Surcos…

La misma cantaleta

Por César Villalobos López

Desde hace muchos años, no sé si interpretando el sentir de los productores o por una aspiración de representación, en los foros del sector y ante gobernantes, legisladores y candidatos, siempre surge el tema de la comercialización directa, eliminando a los intermediarios, lo cual, sin duda, podría traer beneficios a los agricultores.

Pero esos aspirantes al reconocimiento de liderazgo soslayan, por ignorancia o por conveniencia, que la comercialización directa requiere de una serie de factores que en algunos momentos son rígidos y en otros variables, para la concertación de contratos.

De lo que si estamos seguros es de que, a los entes gubernamentales, eso les vale menos que un cacahuate, porque al paso de los años, sin importar el origen partidista del Jefe de la Nación y de sus funcionarios, siempre les han ignorado en su aspiración de tener una denominación de origen del trigo cristalino del valle de Mexicali.

A quienes les escuchan, los que hablan adjudicándose la representación de productores, jamás le dicen que para eliminar a los intermediarios y comercializar directo, es necesaria la organización de ellos y dejar en manos de una persona o de un reducido consejo, la responsabilidad de la decisión.

Desorganizados, los productores nunca podrán reunir el volumen mínimo requerido para una operación en el mercado internacional, requiriendo además una estructura para la entrega del producto.

Pero esto no lo entienden, más bien, no lo quieren entenderlo porque no les conviene, aun cuando en ocasiones reconocen los beneficios logrados por los integrantes de COHERMEZ, una empresa en la que los ejidatarios han dejado la responsabilidad en su administrador, con bastante éxito económico en la venta de sus cosechas.        

Recordamos que, hace años, el primer llamado de Guillermo Aldrete Hass, al llegar a la delegación de la Sagarpa, fue a la organización, a la integración de grupos o sociedades, para la compra de insumos en volumen, para abatir costos, así como para la comercialización de sus productos, pero predicó en el desierto.

La organización o asociación de los horticultores debería de servir de ejemplo, pero tampoco lo observan.