Aquietar la mente
Por Gladys Villalobos*
La energía del cambio de estación empieza a sentirse, el entorno cambia y nosotros con él. A mi alrededor veo escenas alentadoras. Vivo frente a un parque y una iglesia. Me gusta abrir las cortinas de 3 grandes ventanas. A lo largo del día de vez en vez me detengo a observar a los transeúntes, algunos cotidianos, hombres y mujeres en las bancas del parque, observando, leyendo, algunos turistas. Por la tarde los perritos desfilan de la mano de sus dueños y un grupo de niños se disputan una pelota de futbol con toda la voluntad de mantener su cubrebocas en su sitio.
En las recientes semanas realice un ejercicio personal que me ha dejado buenos resultados: observar la abundancia en mi vida. Vincularme con mi entorno, con su belleza, con la riqueza en mi cotidiano, poner atención a las texturas, a los colores, a las formas, a los sabores y a los sonidos. Contabilizar lo que si tengo y poner energía en lo que sí quiero. Registrar lo registrable con la cámara de mi celular. Es agradable sentir el efecto sanador de este ejercicio.
Producto de los meses vividos, la pandemia, el aislamiento; la ausencia de abrazos de mis seres queridos, convivencia con mis amigos y el contacto con mis alumnas en clase presencial, en resumen, de lo enriquecedor del contacto humano, transite febrero entre la apatía, el desgano y a la vez, la autoobservación ¿Qué hago para salir de este estado? Aflorar los sentidos, vivir en el presente y utilizar los recursos que conozco: el ejercicio, la respiración consiente y la gratitud.
Mover el cuerpo me ayuda a calmar la mente. Los Sutras de Patanjali nos dicen que yoga es «Chita Vritti Nirodha»: aquietar las fluctuaciones de la mente. La mente puede ir en muchas direcciones en un instante. Sus movimientos son múltiples y rápidos. La respiración consciente es la puerta para lograrlo. Retome hábitos que había dejado como levantarme a las 6 de la mañana. Los primeros rayos de luz siempre me han sentado bien. Me dan impulso y enfoque.
Aquietar la mente es un aliado para escucharme, para observarme, para sentirme, para escuchar lo que mi cuerpo me dice y lo que mi corazón anhela. Aquietar la mente es un camino de regreso al equilibrio. Volví a retomar la practica de escribir cada día mis bendiciones al abrir los ojos. Te invito a aventurarte en la escritura. Escribir es leernos, es escucharnos, es vernos, es sanador. Cosas interesantes surgen a través de la escritura.
Además, saque a orear mi cámara fotográfica. Un año guardado. Lo más reciente que encontré en ella fue el viaje de Luis y yo a San Diego a principios de 2020. Tan felices, en el presente y presentes ambos. El ejercicio de observar la abundancia en mi entorno de forma consiente, casi como tarea, me resulto una excelente terapia que me llevo a un estado de equilibrio y prosperidad. Si consideras que lo requieres, te invito a llevarlo a cabo, estoy segura de que tendrás un buen resultado.
“Lo Extraordinario de lo Cotidiano”, un espacio donde cada día es un motivo. Valoro tu tiempo.
*Cachanilla de nacimiento, comunicóloga de profesión, amante del cuerpo por vocación. Crecí análoga, me convertí digital. Asesora en Comunicación, Redactora de Contenidos, Fotógrafa. Mi sitio: gladysvillalobos.wordpress.com/
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