De aprobarse las reformas a la Ley de la Industria Eléctrica, la industria textil estaría en un alto riesgo de desaparecer debido al incremento de los costos de luz que afectarían a las empresas del sector
Por Sonia Domínguez Ramírez
CIUDAD DE MEXICO.- Cada vez el mayor ingreso ilegal de ropa al país, que al año significa una pérdida de alrededor de 25 mil millones de dólares para la industria textil nacional, y la desaparición de 50 mil empleos en este ramo ocasionada por la pandemia han afectado gravemente esta industria, situación que podría complicarse más con el eventual cambio en la industria eléctrica que hace temer un incremento en el costo de este insumo, aseguró Manuel Espinosa Maurer, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Textil (Canaintex).
De ser aprobadas en el Senado las reformas propuestas por el presidente López Obrador a la Ley de la Industria Eléctrica, la industria textil carecería de condiciones para competir, porque si ya de por sí es alto el costo de la electricidad porque se paga 84 por ciento más en media tensión y 45 por ciento arriba de la tarifa alta, los costos para las empresas del ramo se incrementarían aún más, advirtió.
«En plantas similares, nosotros pagamos el doble de luz de lo que paga una planta en Estados Unidos. Entonces esto es muy grave y pone en alto riesgo a muchas de las industrias por desaparecer. Es fundamental, para la supervivencia de la industria, que la energía sea eficiente y sea a buen precio, de lo contrario estamos fuera de competencia”, explicó.
Espinosa Maurer mencionó que según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) al cierre de 2020, la fabricación de prendas de vestir se contrajo 34.4 por ciento respecto del año anterior, por lo que este ramo manufacturero registró el mayor impacto por la pandemia.
Agregó que previo a la presencia del COVID-19 en la República Mexicana, el sector arrastraba problemas como la introducción al país de prendas de vestir con permisos temporales, pero cuya finalidad es vender sin pagar impuestos, práctica ilegal que se conoce como subvaluación.
Asimismo, dijo que la Canaintex ha «estimado que el valor del mercado del sector de la industria textil es de 31 mil millones de dólares al año. De esto, exportamos seis mil millones de dólares al año y eso se ha mantenido. Podemos estar hablando de 25 mil millones de dólares al año de valor de mercado, esto estimamos que 66 por ciento de este mercado está siendo atendido por la ilegalidad”.
Por otra parte, comentó que desde marzo del año pasado el sector textil ha visto mermada su actividad y ganancias por el cierre de plantas, la baja demanda y la falta de apoyos gubernamentales.
Recordó que al inicio de la pandemia sólo el 10 por ciento de la industria textil se dedicaba a fabricar cubrebocas, batas, sábanas de hospitales, entre otros insumos médicos, por lo que propusieron que 30 por ciento de sus plantas podrían dedicarse a estas actividades, lo que reactivaría el trabajo de medio millón de personas; sin embargo, señaló que esta posibilidad les fue negada.
Alternativas de recuperación
Con la intención de que el sector textil se recupere, Espinosa Maurer presentó la iniciativa que la cámara que representa elaboró bajo el nombre “Del Campo al Aparador”. Este proyecto va de la mano con el sector agrícola a fin de conformar una cadena productiva que vaya desde la plantación y recolección de algodón hasta la elaboración de prendas.
El proyecto “Del Campo al Aparador”, previó Manuel Espinosa, detonaría la generación de 350 mil empleos directos en los primeros tres años e incrementará el Producto Interno Bruto (PIB) sectorial a más del 12 por ciento, contribuyendo al crecimiento nacional.
Indicó que con este programa se busca «alcanzar el potencial productivo de México en la cadena de valor del campo al aparador para lograr la autosuficiencia y generar un círculo virtuoso de empleo y bienestar para todo el país. La industria textil es un alto generador de empleo, es altamente exportador y es un tractor para el sector agroindustrial. Este encadenamiento va desde la semilla de algodón, los agricultores, fibras, hilado, tejido, teñido, acabado, confección y hasta la venta en el aparador. Con este programa proponemos potenciar a toda la cadena productiva nacional, sustituyendo importaciones, incrementando el contenido nacional para aumentar la oferta exportable y fortalecer el mercado interno», aseguró.
*Información de yoinfluyo
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