Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Entre Los Surcos…

Ciegos a la realidad 

Por César Villalobos López

Lo que viene ocurriendo en el valle de Mexicali es producto de la ausencia de rectoría de parte de las gentes –no autoridades- a cargo de las dependencias federales y estatales del sector agrícola y pecuario, quienes irresponsablemente han dedicado más tiempo a elaborar informaciones de lucimiento o de promoción política, que, a la búsqueda de soluciones, a los problemas reales.  

En el caso de la representación de la SADER –Secretaria de Agricultura y desarrollo Rural-, su encargado no mueve un dedo en atención o promoción de algún proyecto, porque en las oficinas centrales no le hacen caso, por ello solo se disputa supuestas acciones o atención, con su par en el estado.

En la Secretaria del Campo y Seguridad Alimentaria, donde llegamos a considerar, por las fantásticas declaraciones del economista Héctor Haros Encinas, desde antes de llegar al cargo, en relación a grandes proyectos e inversiones, aun cuando continúan fantaseando, en realidad es muy poco lo que hay.

Con el apoyo de dos o tres de sus colaboradores con mucha labia, más que experiencia, buscan desvirtuar las presiones y los problemas que se han planteado por diversos grupos de productores, pero solo eso, bueno, además de las mesas de trabajo que son distractores dándola impresión de atención, cuando solo ganan tiempo los funcionarios.

También han utilizado los recursos de algunos programas para erogarlos a favor de productores que han hecho reclamaciones concretas y representaban una piedra en el zapato, logrando neutralizarlos con la compra de insumos –de muy dudosa calidad- para las granjas y/o huertos familiares.

Lo grave es que las granjas y los huertos, como ha sucedido en el pasado, desaparecen al poco tiempo, sin tener resultados positivos como autoconsumo y menos como negocio, salvo para los proveedores que venden caro y malo.

Y es por ese tipo de “agandalles” de parte de aquellos que encabezan grupos de productores, por lo que una buena parte de los agricultores se resisten a la organización que tanta falta hace para abatir costos de cultivos, negociar la comercialización de sus cosechas, buscar financiamientos que solo llegan a las asociaciones o sociedades consolidadas.     

Pero si a eso le suma que los apoyos del gobierno federal al sector agrícola van dirigidos a productores de hasta 5 hectáreas, de hecho, los agricultores del valle de Mexicali, junto con los de la zona de la frontera y del noroeste, de plano están marginados a ellos.