Una armoniosa danza
Por Gladys Villalobos*
Siguiendo con la energía que trae la llegada del otoño te comparto. En la mitología griega, el otoño comenzó cuando Perséfone fue secuestrada por Hades para ser la Reina del Inframundo. La madre de Perséfone, Deméter, la diosa de la cosecha, hizo que todas las cosechas en la Tierra murieran hasta que a su hija se le permitió regresar.
Durante el tiempo que paso Perséfone en el Inframundo con Hades, Deméter cayó en la tristeza, por lo que la tierra también lo haría con ella, dando lugar al otoño y al frío invierno. Cuando regreso con su madre, la alegría del rencuentro haría que esa depresión desapareciera y con su alegría todo volviese a florecer, dando lugar a la primavera y al caluroso verano.
Conocer esta historia me resulto conmovedor. No importante si es ficción, una leyenda, una creencia: hasta las estaciones del año se nutren o no, con los rencuentros.
Una de las cosas que disfruto de vivir en la Ciudad de México es ver el otoño. No solo saber que dio inicio porque lo dice el calendario o sentirlo por un cambio gradual en la temperatura y por las horas de sol que se vuelven preciadas.
Ver sus manifestaciones en la gama de colores cobrizos que poco a poco van pintando los árboles, quienes proceden a dejar en libertad sus hojas en una armoniosa danza sin aviso previo, es un regalo digno de admirarse.
El otoño es la manifestación misma de dejar ir, de soltar, de desprendernos. La naturaleza siempre es un buen mensajero. Imitando a los árboles que se desprenden de sus hojas, nosotros podríamos intentar liberarnos de aquellas cosas que dejaron de nutrirnos, motivarnos, ideas que ya no corresponden con la persona que somos hoy, acciones que ya no nos satisfacen o pensamientos limitantes. Y por qué no, retomando los consejos de la adorable Marie Kondo, es buen momento de volver a depurar nuestro hogar. Una limpieza por dentro y por fuera.
Disfrutemos de estos meses que restan para concluir el 2020. Un año para todos diferente, tal vez difícil, retador, que pone a prueba nuestra confianza, nuestra capacidad de adaptarnos, de reinventarnos; nuestro optimismo, incluso nuestra fe. El otoño nos invita a la reflexión, a la necesaria introspección que nos lleva a la evolución como seres humanos. Busquemos de la situación presente una ganancia para nuestra vida. Seguro la encuentras.
Tómate un momento y elige ¿Qué deseas que se lleve el otoño? ¿Qué necesitas o quieres soltar, dejar ir? Manifiéstalo, escríbelo. Dale fuerza a tu deseo. “Lo Extraordinario de lo Cotidiano”, un espacio donde cada día es un motivo. Valoro tu tiempo.
*Cachanilla de nacimiento, comunicóloga de profesión, amante del cuerpo por vocación. Crecí análoga, me convertí digital. Asesora en Comunicación, Redactora de Contenidos, Fotógrafa. Mi sitio: gladysvillalobos.wordpress.com/ Contacto: [email protected]
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