Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Entre Los Surcos…

¿Y, el estado de derecho?

Por César Villalobos López

Cada día que pasa crece la incertidumbre de una buena parte de los productores del sector primario y de los empresarios, debido a las condiciones que, a lo largo del gobierno del presidente Andrés Manuel Lopez Obrador, se han venido generando, con indicadores nada halagadores en el impulso del desarrollo de la economía.

Esos indicadores tampoco resultan positivos para la imagen que, como país, debemos de tener ante los ojos del mundo, en canto a la seguridad que los empresarios y los inversionistas requieren para establecer sus factorías en México.   

El Jefe de la Nación da la impresión de tener mayor interés en atender versiones encontradas y provenientes de actores políticos, especialmente de aquellos que enarbolan las banderas de salvación o prevención de recursos como el agua, utilizando versiones y datos ajenos a la realidad.

El mejor ejemplo de ello lo tenemos en el valle de Mexicali, donde activistas políticos, incluyendo opiniones de supuestos especialistas y estudiosos del agua que en forma teórica hablan de abusos, excesos y otros aspectos, para justificar su oposición a la instalación de una cervecera de Constellation Brands.

La justificación es que, esa industria se va a acabar el agua, sin considerar el monto de la inversión, los beneficios en la generación de empleos directos e indirectos, ni la generación de una derrama económica por la adquisición de insumos y el desarrollo de proveeduría.

Lo más lamentable de todo es que, las cantinflescas y cambiantes expresiones del mismo presidente Lopez Obrador abonan a la desinformación cuando deja en manos de una consulta ciudadana, con participaran personas desconocedoras del tema, el destino de industria que sin duda alguna generara divisas por la exportación de sus productos.

Hasta el cansancio, no son pocas las veces en que se han hecho análisis, con números fríos y reales, sobre el consumo del agua requerida por la cervecera para su operación, pero su distorsión ha sido mayor por diversos motivos que, pudieran incluir políticas equivocadas de la empresa.

En forma necia, hay usuarios del agua que se suman a las advertencias de que la cervecera se va a acabar el agua, sin tomar en cuenta en forma concreta el volumen requerido que fueron adquiridos a personas que vendieron sus derechos y dieron otro uso a la tierra.

Los opositores tampoco toman en cuenta que el desarrollo industrial y de servicios en la zona costa está sustentado en el agua que se llevan del valle de Mexicali, mientras que obstaculizan que se tenga una expansión de factorías en la capital del estado.    

Se ha explicado, hasta el cansancio, que los derechos adquiridos por la cervecera fueron entregados a la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Mexicali y que la paraestatal hará el suministro de los volúmenes que vaya requiriendo su operación, sin rebasar los metros cúbicos asegurados con los derechos vendidos por los usuarios. 

Ya hemos mencionado aquella conseja popular que dice: “en tierra de ciegos, el tuerto es rey” y es que esa expresión es aplicable a una serie de situaciones como las existentes en estos momentos, donde el desconocimiento la ignorancia y la falta de colaboradores expertos en las diversas materias, permite el encumbramiento de charlatanes, de vividores y representa un escalón fácil para impulsar la demagogia de políticos.

Lamentablemente, los ciudadanos, ante la pasividad y el silencio de personas honestas y conocedores de los temas, como el agua y la Constellation Brand, en el valle de Mexicali, ha permitido una mayor difusión de las equivocadas versiones, pero con una tendencia perversa, difundas con profusión, especialmente por quienes han buscado, sin obtener, un beneficio político o económico.       

Si a este pasivo silencio le súmanos una visión distorsionada de los publirrelacionistas de la cervecera, la ignorancia y el descornamiento de quienes escuchan, ven o leen lo dicho por los detractores, se convierte en un excelente caldo de cultivo para la desinformación y vender como buenas sus mentiras e intereses.

Pero no solo eso, la ausencia de funcionarios y gobernantes responsables de aplicar la normatividad para hacer efectiva la rectoría oficial y para hacer valer el estado de derecho, crea un lamentable vacío en aras de respeto a los derechos humanos.

Entonces la pregunta es ¿y el derecho de la mayoría de los ciudadanos que, por prudencia o por ser desinteresados, guardan silencio?

¿Acaso es necesario ser rijoso, mentiroso, cínico y gritón, para hacer valer derechos?   

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