Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

El Filósofo de Güémez…

¡Por dormir con tanta gente!

Por Ramón Durón Ruíz (†)

Hay historias que me gustan… ésta me cautiva: “El Regalo que no se ve. Hace tiempo un hombre castigó a su hija de tres años que desperdiciaba un rollo de papel dorado para envolver un regalo. El dinero era escaso en esos días, por eso se llenó de furia cuando vio a la pequeña tratando de envolver una caja.

A la mañana siguiente, la niña regaló a su padre la cajita mal envuelta y le dijo: 

— Esto es para ti, papi. 

Él se sintió avergonzado, pero cuando abrió el paquete, lo encontró vacío, gritó con ira: 

— ¿Acaso no sabes que cuando se hace un regalo se supone que debe haber algo dentro?

La pequeña miró hacia arriba y, con lágrimas en los ojos, dijo: 

— ¡Pero, papá, no está vacía! ¡Yo metí besos para ti! 

El padre se sintió muy mal, abrazó a su hija y le suplicó que le perdonara.

Dicen que el hombre guardó ese regalo dorado cerca de su cama durante muchos años y que siempre que se derrumbaba tomaba de ella un beso y recordaba el amor que su hija había depositado dentro.”1

La moraleja es profunda, sin saberlo vivimos al límite de los milagros ¿Cuántos regalos hemos recibido de la gente de nuestra vida y de Dios y no los hemos valorado en su justa dimensión? Las cosas que valen la pena… no tienen valor en el mercado.

De alguna forma llegar a Navidad en plenitud de bendiciones, es un espléndido obsequio de amor que debemos aprender a agradecer, recuerda, dar las gracias plenifica tu vida y la armoniza con el universo. Sólo un alma grande, sabe dar las gracias. 

La Navidad es propicia para la gratitud, para decir ¡Gracias Señor!, cuando está por caer la última hoja del almanaque del año; Gracias, por cada uno de los días de este año, di: Gracias Padre, porque has sido la amorosa luz de mi camino, el faro de mi vida, el aire en mis pulmones, la sinfonía de mis oídos y el motivo suficiente para dar alegría a mi espíritu, para ser capaz de regalar una sonrisa, como el mejor adorno navideño que puedo entregar a la vida.           

Navidad es oportunidad para celebrar, para amar, para cimentar una vida llena de esperanza, momento para el encuentro reconciliado, para que en señal de humildad te postres de rodillas ante el Padre en señal de gratitud, por un año más lleno del milagro de la vida, la familia, el amor, el trabajo, el techo, el pan, la salud. 

Navidad es oportunidad para que camines de la mano del Padre, para servir al prójimo, para que des una palabra de aliento, de amor a quien necesita de tus obras o mensaje, experimentando esa paz interna que se acrecienta cuando se da. 

Navidad es ocasión para que hombres y mujeres de buena voluntad se olviden del odio, el resentimiento y el rencor y trabajen en el encuentro reconciliado y en el perdón. 

A partir de hoy sal de tu zona cómoda, deja de ser víctima de la vida, porque toda víctima atrae a un victimario. En la vida siempre te harán sentir inferior… hasta que seas capaz de sacar la grandeza que hay en ti. Hoy deja de poner peros a tu vida. Recuerda que tu trasformación es lingüística, la palabra es un símbolo de poder, de creatividad. Eres un ser para la plenitud, por ello vive sin el vértigo de la prisa no tengas espacio para el desánimo. En esta Navidad crea pensamientos nuevos partiendo de pensamientos viejos.

Esta época es fecha de dar gracias a Dios porque alumbra tu camino, tiempo para que invites al Padre a tu corazón, llenará tu mundo de luz y esperanza, él quiere que “Hagas de tu vida una eterna Navidad” donde la abundancia de dones y de bienes y la convicción de un mundo mejor llenen tu alma cada día.

El viejo Filósofo da las Gracias, a Dios por darle la paciencia de Job y la sabiduría de Salomón, para acomodar una a una las piezas del rompecabezas de la vida, que le armonizan y conectan con la frecuencia altísima del amor y del humor; Gracias porque a través de los problemas le has enseñado a ser humilde.

Recuerda que la Navidad es amor, es alegría, es gratitud, es humor, apropósito de humor, en un albergue para gente pobre, donde dos borrachitos acogidos por la generosidad de las voluntarias, después de cenar, se acuestan a dormir en una litera, el borrachito de la litera de arriba antes de dormir, con profunda fe comienza a rezar: 

— ¡Con Dios me acuesto, con Dios me levanto, la Virgen María, y el Espíritu Santo! 

En eso se cae la litera y el borracho que está en la parte de abajo, todo apachurrado dice: 

— ¡Viste ‘abrón!, eso pasa… ¡POR DORMIR CON TANTA GENTE!

1. ojitosdelunadeverano.blogspot.com/2007/…/el-regalo-que-no-se-ve.h…

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